El final de la era pedagogista




Andreu Navarra

Agotados, como cada curso, profesoras y profesores acuden a los diversos cursos de formación cuya asistencia es poco menos que obligatoria. El titular de música se queja de que hace diez años que no realiza un curso que se centre sobre los conocimientos de su especialidad. La compañera de Sociales bromea sobre lo que está a punto de pasar: entrará un monitor con una pelotita de colores, nos “dinamizará”, y después nos harán hacer puzzles, itinerarios y visionados diversos, cuyo contenido nos sabemos de memoria: hay que poner el alumno “en el centro”, hay que acercarse a él, todo lo hacíamos era un disparate, somos no-muertos que no sabemos adaptarnos al “Gran Cambio”, al “Nuevo Paradigma”. Todo esto produce una gran somnolencia, un gran apetito de autonomía. Una pedagogía rígida, formularista, elefantiásica, una apariencia de unanimidad, los linchamientos de siempre (prohibido enseñar, prohibidos los contenidos, prohibido avergonzarse ante una dinámica humillante) atan de pies y manos al profesorado, y lo obligan a seguir sobreviviendo en un contexto que odia la ciencia y odia también la cultura humanística.

Parece que con tanta insistencia se nos esté olvidando para qué van alumnos y profesores a la escuela y al instituto. Los diseños psicologistas, terapeutistas o motivacionales nos han hecho abandonar el camino de la investigación, nos han hecho estancarnos en la desazón. Porque desazona escuchar los mismos tópicos cada día, la misma triunfante metateoría llena de metacódigos, en cuyo centro están los gurús y demás eruditos a la violeta, con su tremenda vanidad, y no nuestros alumnos, con sus problemas reales. Porque los profesores convivimos con el mundo real, no con la mística. La pedagogía buena es la que nos ayuda a acompañar al alumnado y a comprenderlo y hacerlo aprender. La mala es la que impera hoy: la que deprime por inaplicable, la que multiplica el esfuerzo burocrático, la que impone obstáculos pantallísticos y dogmas entre el divulgador y el alumno sobreprotegido e infantilizado, abriendo la puerta a toda clase de buitres, trileros y aprovechados.

Mentes flexibles en contacto, libre comunicación de inquietudes entre profesorado y alumnado: entre los cientos de milagros cotidianos de comunicación que se producen cada día en cualquier centro se colocan mil y una ordenanzas absurdas, obligaciones escolásticas, disposiciones abstrusas, pedagogías fracasadas, adornadas con mil lucecitas y ocurrencias, que se lleva el viento de las modas.

Es inevitable que el castillo de naipes caiga, y alguien tenga la bondad de fundar un centro libre de pedagogismos nefastos. Los ciegos dirán: “Se levantan los profesaurios, los carcamales, los de la vieja escuela”. No: se levantarán los profesores de la realidad, los profesores de la empatía y el sentido común. Quizás queden en minoría, pero señalarán la única esperanza posible. La que, como siempre, ha sido libre y humanista. La que no proviene de una entidad bancaria[*], sino de las mismas necesidades de la sociedad. Porque la vieja escuela es la novolátrica, la que lleva treinta años fracasando y entorpeciendo el futuro de nuestros jóvenes, recuperando sofisterías de un viejo baúl de hacia 1910, aderezado con puro y duro conductismo de 1950. Tardaremos décadas, quizás, en asistir al cambio. Pero en este “Nuevo Paradigma” achacoso y autoritario ya no cree realmente nadie, es una carcasa de ideología semirreligiosa, impuesta a golpe de decreto.

Aunque es posible, como ya ocurre en los países anglosajones, que alguien vuelva a los contenidos y al neohumanismo, en nuestro país [España], y aún no nos hayamos dado cuenta. Despertemos del sueño dogmático y démonos cuenta de que no perjudica a nadie, excepto a una minoría de ególatras, que los centros, sean de nuevo, academias. Con honradez y sin vergüenza, pero conscientes de todos los abusos ideológicos y errores que hemos venido aplicando sin éxito durante demasiados años. De momento seguimos enfangados en una algarabía abstrusa que perjudica al alumnado y nos deja sin futuro.


[*] Referencia a que el modelo actual de educación profesionalizante con base en las "competencias", fue diseñado e impulsado por... ¡el Banco Mundial!



* Publicada en El país, 30.11.20.

Respalda tu cuenta del féis... porque a FB no le importas




Muchos somos quienes subimos fotos o escritos a Facebook (FB)... pero pocas veces nos planteamos qué puede pasar con todo ese material si, por ejemplo, nos cierran la cuenta. Yo recomiendo planteárselo y, de hecho, respaldar todo el material que has subido a tu cuenta y te interesa conservar.

¿Por qué? Te cuento mi caso.

FB me ha bloqueado el uso de mi cuenta tres veces en menos de un mes. Se me informó que violé las "Normas Comunitarias"... las cuales muy pocos de los millones de usuarios leen y uno termina guiándose por el mal llamado sentido común para sopesar sus propias publicaciones y/o comentarios. Craso error.

El primer bloqueo se debió a que subí la foto de unas jóvenes de algún pueblo amazónico jugando fútbol con el torso desnudo. La foto en cuestión no tiene nada de erótico, ni de grotesco y menos de pornográfico... De hecho, la copié de otro sitio de FB.


Pero, el torso desnudo y los pechos al aire no eran un problema para FB; sí la exhibición de sus pezones. La plataforma tiene una especial atención en los pezones... femeninos; las tetillas masculinas no son tema:
“Entendemos que las personas comparten desnudos por una variedad de razones, entre ellas, como una forma de protesta, para generar conciencia sobre una causa o por razones educativas o médicas, y aceptamos el contenido cuando dicha intención es evidente. Por ejemplo, aunque restringimos las fotos de senos femeninos que muestren el pezón, sí permitimos las que representen actos de protesta, a mujeres amamantando activamente y fotos de cicatrices de mastectomías. También permitimos fotografías de pinturas, esculturas y otras obras de arte donde se muestren figuras desnudas”[1]
Más allá de que la censura de pezones pueda parecer absurda o exagerada a un antropólogo, artista, médico o a cualquier persona que no cargue alguna perversión o sea una fanática religiosa… uno aceptó tales "Normas Comunitarias" al ser usuario de FB. Asumo mi ignorancia.

El segundo bloqueo sucedió a partir de que alguien denunció un comentario de mi parte. Puntualmente comenté una noticia de Jair Bolsonaro, con sus acostumbradas opiniones estúpidas y fascistoides, subiendo una caricatura de un ridículo Hitler expresando quejumbroso: “¡Es sólo mi opinión!”. Lo cual, obviamente, busca dejar en evidencia lo disparatado que es pretender que los discursos de odio merecen respeto por estar protegidos por la libertad de opinión.[2]


FB bloqueó mi cuenta, pero se me dio la opción de enviar un mensaje explicando que estaban en un error y en más de 24 horas mi mensaje “no pudo ser procesado”, es decir, ni siquiera lo pude enviar. Lo cual extraña para un gigante tecnológico que es capaz de manejar una inmensa cantidad de información. Sin comentarios. Finalmente, cuando solicité una revisión a través de otra vía (pinchar una opción), la respuesta fue: “Volvimos a revisar tu publicación y no cumple nuestras Normas comunitarias.”

El problema es que la caricatura no viola las Normas de la propia plataforma sobre “Lenguaje que incita al odio”, pues FB asume “que a veces las personas comparten contenido que contiene el discurso de odio de alguien más con el fin de generar conciencia o educar a otros (…) En todos estos casos, permitimos tal contenido”. Y, se agrega: “Los comentarios humorísticos y sociales relacionados con estos temas sí están permitidos”.[3]

El tercer bloqueo fue porque en mi inocencia --que me consta que pasados los 15 años tiene otro nombre-- una vez recuperada mi cuenta, hice una publicación en mi muro contando mi experiencia con la caricatura de Hitler y acompañando el breve escrito con dicho dibujo. Estaba seguro que nadie con un mínimo de criterio podría suponer que era un discurso de odio. Además, recomendaba respaldar el material de FB, pues lo que me había pasado sugería que la plataforma puede cerrar las cuentas a su arbitrio y así los usuarios perderían videos, fotos, escritos o alguna otra cuestión importante para ellos. Otra vez se me dio la opción de enviar un mensaje explicando que FB estaba en un error… y de nuevo en más de 24 horas mi mensaje “no pudo ser procesado”. Una vez más, ni siquiera lo pude enviar.

Claramente, el nuevo bloqueo fue automático al identificar un algoritmo la caricatura de Hitler; y, como nuevamente al no poder enviar un texto pinché la opción "revisión", supongo que mi publicación fue "chequeada" por el mismo algoritmo o por un funcionario quien no conoce las propias Normas de FB, no tiene ni dos dedos de frente o el más mínimo interés por su trabajo ni respeto por los usuarios. Incluso, esta vez me preocupé de seguir al detalle las Normas de la plataforma: "esperamos que se indique claramente la intención para que podamos entender mejor por qué se compartió". Lo cual, de hecho, expuse al final de la publicación explicitando literalmente que era una ironía.

Para ir concluyendo, estas experiencias hacen que se derrumbe en un tris el sueño del liberalismo tecnológico acerca de la libertad de millones de emisores, quienes gracias a la magia de la red pueden expresar sus opiniones, sin trabas y en tiempo real, a todo el planeta. Y asimismo cayó ese ya casi olvidado pesado telón de los pesimistas de la Escuela de Frankfurt, aquellos intelectuales que en la poco adelantada primera mitad del siglo XX denunciaran el totalitarismo de los sistemas burocráticos. Incluyendo el de las grandes compañías con fines de lucro, las cuales al tiempo que alienan a las personas las utilizan para conseguir pingües beneficios.

Vaya viajecito a un pasado que se suponía ya superado. No somos nada, somos simples y miserables usuarios. Así lo deja en claro Gustavo Dessal, psicoanalista y escritor argentino:
La tecnología que supuestamente iba a permitir un avance en la calidad de vida, una confraternidad planetaria, se pone al servicio de lo peor. Compañías como Facebook y Google, fundadas por jóvenes visionarios de espíritu liberal, prestan hoy sus plataformas para los proyectos más siniestros. Véase el programa "Dragonfly" de Google, un servidor especialmente creado para el gobierno chino donde el famoso buscador funciona con las restricciones impuestas por las autoridades, o la colaboración de Facebook en la utilización de datos privados en las campañas políticas de ultraderecha.[4]
En pleno siglo XXI podemos ser víctimas de la infantil venganza de un sujeto anónimo contra quienes no piensan como él, amparado en un algoritmo o en un empleado descriteriado. Aunque ya sabemos que, asimismo, puede deberse a las propias políticas de compañías colaboracionistas con el poder y que no tienen el más mínimo interés ni respeto por quienes utilizan su plataforma y los han hecho multimillonarios.


PD:

La última gracia de FB es su notificación de que la viñeta de abajo, una evidente protesta contra el racismo, en realidad... ¡promueve a grupos terroristas! Y me amenazaron con 30 días de suspensión.

Insisto: esa es la calidad de los algoritmos de la plataforma y de su sistema de revisión, y su interés por sus usuarios. Tampoco me fue posible escribirles mis descargos.



NOTAS:


[2] Con el tiempo pensé que fue una venganza de un seguidor de La Bestia… o peor todavía, de un opositor a él quien creyó que yo lo defendía. No sé cuál opción es más patética. La torpeza de FB llega al punto de no dejarme publicar el enlace del Museo Estatal de Auschwitz–Birkenau, indicándome textualmente: "Esta URL infringe nuestras Normas comunitarias sobre spam: auschwitz.net".

[3] Normas Comunitarias. Parte III. Contenido inaceptable: 11. Lenguaje que incita al odio. De hecho, yo mismo he denunciado a FB en diversas ocasiones publicaciones y comentarios racistas, clasistas, homófobos, militaristas, colonialistas... y siempre se me ha contestado que cumplen las Normas Comunitarias.

La República Imperial Cristiana-Evangélica


El texto es el juramento de lealtad a la bandera de la Unión americana:
"Juro lealtad a la bandera de los Estados Unidos de América y a la república a la que representa, una nación, bajo Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos."


Hoy, 20 de enero de 2021, Joe Biden juró como presidente de Estados Unidos, en una de las elecciones más controvertidas de la historia de dicha nación. Llega a su fin el tormentoso período de Trump, esos cuatro años en que el presidente apoyó a grupos supremacistas blancos, fundamentalistas cristianos y hasta a neonazis... no diremos nacionalistas, pues eso es nombrar a la inmensa mayoría del país. Aunque, en realidad, toda esa lista ha representado históricamente a gran parte de la población de la Unión americana.

Pero, por corrección política, ya no están los tiempos para aceptar tanta sinceridad WASP (sigla en inglés de blanco, anglosajón y protestante)... al menos dentro de Estados Unidos.

El discurso de Trump y su base de apoyo, extrañamente, fue identificado al interior de la Unión como una deformación de lo que ha sido y es esa nación: un faro de la democracia y la libertad. Pues, no hay duda de que, desde la llegada de los "Padres peregrinos" del siglo XVII, el país es una "ciudad en una colina", un esplendoroso experimento a la vista de todos los demás pueblos... un ejemplo a seguir.

Sin embargo, lo más extraño fue que esa mitología patriotera interna se esparció al exterior, a otros países. Incluso en los que han tenido la mala fortuna de ser liberados por Washington o iluminados de alguna forma por ese particular faro.

Una vez más no se ha entendido que una cosa es el discurso y los problemas internos de Estados Unidos, y otra su agresiva política imperial exterior. En esa confusión se entiende la esperanza que en su momento despertó Obama y que hoy encarna Biden en diversos sectores del resto del mundo. Además, porque la mitología también afirma que los demócratas son los buenos y los republicanos los malos.

No obstante, la historia es clara... para quien quiera consultarla. Estados Unidos, "a nation under God" (como reza su juramento a la bandera... ¡Sí, leyó bien!) es una república imperial, militarista y fanáticamente cristiana. En ello radica que, según su propio ciudadanía, sean "el mejor país del mundo". Y no lo son sólo por ser la Unión, lo son por ser una democracia capitalista y cristiana que cumple una misión en el mundo.

Para muestra un botón: dejamos una selección de los discursos de toma de posesión de los tres últimos presidentes de Estados Unidos. Como Ud. verá, fuera de las evidentes cuestiones contextuales, el fondo se repite (patrioterismo, misión mundial y un cristianismo nacionalizado), al punto de que, obviando esos aspectos de cada contexto, uno no sabría a qué presidente pertenece cada discurso.


§§§



Seguimos siendo una nación joven, pero, según las palabras de las Escrituras, ha llegado el momento de dejar de lado los infantilismos. Ha llegado el momento de reafirmar nuestro espíritu de firmeza: de elegir nuestra mejor historia; de llevar hacia adelante ese valioso don, esa noble idea que ha pasado de generación en generación: la promesa divina de que todos son iguales, todos son libres y todos merecen la oportunidad de alcanzar la felicidad plena.

Al reafirmar la grandeza de nuestra nación, somos conscientes de que la grandeza nunca es un regalo. Debe ganarse. Nuestro camino nunca ha sido de atajos o de conformarse con menos. No ha sido un camino para los pusilánimes, para los que prefieren el ocio al trabajo o buscan sólo los placeres de la riqueza y la fama. Más bien, han sido los que han asumido riesgos, los que actúan, los que hacen cosas --algunos de ellos reconocidos, pero más a menudo hombres y mujeres desconocidos en su labor, los que nos han llevado hacia adelante por el largo, escarpado camino hacia la prosperidad y la libertad.

Seguimos siendo la nación más próspera y poderosa de la Tierra.

En cuanto a nuestra defensa común, rechazamos como falsa la elección entre nuestra seguridad y nuestros ideales. Nuestros padres fundadores, enfrentados a peligros que apenas podemos imaginar, redactaron una carta para garantizar el imperio de la ley y los derechos humanos, una carta que se ha expandido con la sangre de generaciones. Esos ideales aún alumbran el mundo y no renunciaremos a ellos por conveniencia. Y a los otros pueblos y gobiernos que nos observan hoy, desde las grandes capitales al pequeño pueblo donde nació mi padre: sabed que América [Estados Unidos] es la amiga de cada nación y cada hombre, mujer y niño que persigue un futuro de paz y dignidad y de que estamos listos a asumir el liderazgo una vez más.

Recordad que generaciones anteriores se enfrentaron al fascismo y al comunismo no sólo con misiles y tanques, sino con sólidas alianzas y firmes convicciones. Comprendieron que nuestro poder solo no puede protegernos ni nos da derecho a hacer lo que nos place. Sabían por contra que nuestro poder crece a través de su uso prudente, de que la seguridad emana de la justicia de nuestra causa, la fuerza de nuestro ejemplo y las cualidades de la templanza, la humildad y la contención.

No vamos a pedir perdón por nuestro estilo de vida, ni vamos a vacilar en su defensa, y para aquellos que pretenden lograr su fines mediante el fomento del terror y de las matanzas de inocentes, les decimos desde ahora que nuestro espíritu es más fuerte y no se lo puede romper; no podéis perdurar más que nosotros, y os venceremos.

(...) y América [Estados Unidos] tiene que desempeñar su papel en el alumbramiento de una nueva era de paz.

Al contemplar la ruta que se despliega ante nosotros, recordamos con humilde agradecimiento aquellos estadounidenses valientes quienes, en este mismo momento, patrullan desiertos lejanos y montañas distantes. (...) Les rendimos homenaje no sólo porque son los guardianes de nuestra libertad, sino también porque encarnan el espíritu de servicio; la voluntad de encontrar sentido en algo más grande que ellos mismos.

Pero esos valores sobre los que depende nuestro éxito --el trabajo duro y la honestidad, la valentía y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad y el patriotismo-- esas cosas son viejas. Esas cosas son verdaderas. Han sido la fuerza silenciosa detrás de nuestro progreso durante toda nuestra historia. Lo que se exige, por tanto, es el regreso a esas verdades. Lo que se nos pide ahora es una nueva era de responsabilidad --un reconocimiento, por parte de cada estadounidense, de que tenemos deberes para con nosotros, nuestra nación, y el mundo, deberes que no admitimos a regañadientes, sino que acogemos con alegría, firmes en el conocimiento de que no hay nada tan gratificante para el espíritu, tan representativo de nuestro carácter que entregarlo todo en una tarea difícil. Este es el precio y la promesa de la ciudadanía. Esta es la fuente de nuestra confianza --el saber que Dios nos llama a dar forma a un destino incierto.

(...) y con la vista puesta en el horizonte y la gracia de Dios encima de nosotros, llevamos aquel gran regalo de la libertad y lo entregamos a salvo a las generaciones venideras.

Gracias, que Dios os bendiga, que Dios bendiga a América [Estados Unidos]. 




Presidente del Tribunal Supremo Roberts, presidente Carter, presidente Clinton, presidente Bush, presidente Obama, compatriotas, pueblos del mundo: gracias.

Esta carnicería debe terminar ya. Somos una sola nación, y su sufrimiento es el nuestro. Sus sueños son nuestros sueños; y sus triunfos serán nuestros triunfos. Tenemos un mismo corazón, un hogar y un glorioso destino.

No queremos imponer nuestro modo de vida a nadie, sino dejar que sea un ejemplo reluciente para que todos lo sigan. Reforzaremos las viejas alianzas y formaremos otras nuevas, y uniremos al mundo civilizado contra el terrorismo islámico radical, que vamos a erradicar por completo de la faz de la tierra.

La base de nuestra política será una fidelidad total a los Estados Unidos de América, y, a través de la lealtad a nuestro país, redescubriremos la lealtad entre nosotros. Cuando uno abre su corazón al patriotismo, no queda sitio para los prejuicios.

La Biblia nos dice: "Qué bueno y placentero es que el pueblo de Dios viva unido". Debemos expresar nuestras opiniones abiertamente, debatir con sinceridad nuestras discrepancias, pero siempre buscar la solidaridad. Cuando el país está unido, es imparable. No hay que temer nada, estamos protegidos, y siempre lo estaremos. Estamos protegidos por los grandes hombres y mujeres de nuestras fuerzas armadas y policiales y, sobre todo, estamos protegidos por Dios.

Ningún obstáculo puede parar el corazón, el ánimo y el espíritu de [Estados Unidos de] América. No vamos a fallar. Nuestro país saldrá adelante y volverá a ser próspero. Estamos en el comienzo de un nuevo milenio, preparados para desvelar los misterios del espacio, liberar la tierra de la enfermedad y controlar las energías, las industrias y las tecnologías del mañana.

Ya es hora de recordar lo que nuestros soldados nunca olvidan: que, seamos blancos, negros o marrones, todos tenemos la misma sangre roja de los patriotas, todos disfrutamos de las mismas libertades gloriosas y todos honramos la misma gran bandera americana [estadounidense].

Un niño que nace en la gran urbe de Detroit y otro que nace en las llanuras barridas por el viento de Nebraska ven el mismo cielo, tienen los mismos sueños en sus corazones y reciben su aliento vital del mismo Creador todopoderoso.
 
Gracias, que Dios os bendiga y que Dios bendiga a [Estados Unidos de] América.



Estados Unidos ha sido puesto a prueba una vez más, y Estados Unidos ha estado a la altura del desafío. (...) Por eso, ahora, en este suelo sagrado en el que hace apenas unos días la violencia intentó sacudir los cimientos mismos del Capitolio, comparecemos unidos ante Dios como una sola nación, indivisibles, para llevar a cabo el traspaso pacífico de poder tal como hemos hecho a lo largo de más de dos siglos.

Acabo de prestar el juramento sagrado que todos estos patriotas prestaron, un juramento pronunciado por primera vez por George Washington. (...) Esta es una gran nación, somos buenas personas. Y a través de los siglos, contra viento y marea, en la paz y en la guerra, hemos llegado hasta aquí. 

Con unidad podemos hacer grandes cosas, cosas importantes. (...) y convertir de nuevo a Estados Unidos en la principal fuerza del bien en el mundo.

En cada uno de estos momentos, suficientes de nosotros nos unimos para sacar a todos adelante. Y ahora podemos hacerlo. La historia, la fe y la razón nos enseñan el camino.

Nunca, nunca, nunca hemos fracasado en Estados Unidos cuando hemos actuado juntos.

Y aquí estamos, solo unos días después de que una turba descontrolada pensara que podía usar la violencia para silenciar la voluntad del pueblo, para frenar el funcionamiento de nuestra democracia, y para echarnos de este lugar sagrado.

Hace muchos siglos, San Agustín, un santo de mi iglesia [católica], escribió que un pueblo es una multitud definida por los objetos comunes de su amor. ¿Cuáles son los objetos comunes que amamos y que nos definen como estadounidenses? Creo que lo sé: oportunidad, seguridad, libertad, dignidad, respeto, honor y, sí, la verdad.

Debemos dejar a un lado la política y enfrentarnos por fin a esta pandemia como una nación. Y os prometo que, como dice la Biblia, “El llanto puede durar toda la noche, pero a la mañana vendrá el grito de alegría”. Superaremos esto, juntos.

El mundo nos está mirando hoy. Este es mi mensaje para aquellos más allá de nuestras fronteras: Estados Unidos ha sido puesto a prueba y ha salido de ello reforzado. Repararemos nuestras alianzas, y nos relacionaremos con el mundo otra vez. No para enfrentarnos a los retos del pasado, sino a los del presente y a los del mañana. Y no solo predicaremos con el ejemplo de nuestro poder, sino con el poder de nuestro ejemplo. Seremos un socio fuerte y fiable para la paz, el progreso y la seguridad.

Hemos sufrido mucho en este país. Y en mi primer acto como presidente, me gustaría pediros que os unáis a mí en un momento de oración silenciosa para recordar a todos aquellos que perdimos el año pasado por culpa de la pandemia. (...) Recemos en silencio por aquellos que perdieron la vida, por aquellos que se quedaron atrás y por nuestro país. Amén.

Es una historia que trae ecos de una canción que significa mucho para mí, se llama “Himno de [Estados Unidos de] América”. Hay una estrofa que destaca, al menos para mí, y dice así: “El trabajo y las oraciones durante siglos nos han traído hasta hoy. ¿Qué será nuestro legado? ¿Qué dirán nuestros hijos? Haz que sepa en mi corazón cuando terminen mis días. [Estados Unidos de] América, [Estados Unidos de] América, te di lo mejor de mí”.

Sumemos nuestro trabajo y nuestras oraciones a la historia en marcha de nuestra nación. 

Compatriotas estadounidenses, cierro igual que comencé, con un juramento sagrado. Ante Dios y ante todos vosotros, os doy mi palabra.

Que nuestro Estados Unidos garantizó la libertad en su territorio y una vez más se erigió en faro del mundo. 

Así pues, con determinación y firmeza, abordaremos las tareas de nuestro tiempo. Sostenidos por la fe, impulsados por la convicción y dedicados los unos a los otros y al país que amamos con todo nuestro corazón. Que Dios bendiga a Estados Unidos y que Dios proteja a nuestras tropas.



* Sobre los fundamentos religiosos que empapan hasta hoy la cultura de Estados Unidos, ver el capítulo "La Ilustración Británica, Estados Unidos y América Latina" de mi libro Reforma e Ilustración. Los teólogos que construyeron la Modernidad.

Lovecraft y la cultura puritana




La cultura anglosajona surgida de la Reforma protestante del siglo XVI en Europa y su crítica visión de la razón, una vez más se deja ver en la literatura. 

En esta ocasión en el escritor estadounidense, hijo de una fanática madre puritana, H. P. Lovecraft (1890-1937). No hay que olvidar el rol fundamental que tuvo el puritanismo, la interpretación anglosajona del calvinismo, en la conformación cultural de los Estados Unidos de América.

Lovecraft comienza su “El horror de arcilla” de los Mitos de Cthulhu con unas palabras que representan la más auténtica tradición calvinista:
“Lo más misericordioso del mundo es, a mi parecer, la incapacidad de la mente humana para establecer correspondencias entre todo lo que contiene. Vivimos en una plácida isla de ignorancia rodeada de negros océanos de infinitud, y no hemos sido concebidos para viajar lejos”
Palabras que, con otra forma de expresión, fueron escritas en el siglo XVII en el gran tratado de teoría del conocimiento de la época en Inglaterra: el Ensayo sobre el entendimiento humano. Su autor fue el filósofo puritano John Locke y en su obra trató las limitaciones racionales de la humanidad por el pecado original. 

Puntualmente, esa “infinitud” de Lovecraft es generalmente entendida en la cultura teológica y filosófica anglosajona como “Dios”... Realidad fuera del limitado alcance de los humanos, seres finitos y corruptos racionalmente. De hecho, esa visión de fundamentos devotos es la viga maestra de la filosofía británica, la cual encuentra su culminación en el continente en la Crítica de la razón pura de Immanuel Kant.

Con Lovecraft se constata cómo la teología calvinista, que antes se expresó en la filosofía ilustrada, finalmente llegó a convertirse en principios implícitos de la cultura anglosajona.

La teología se hizo costumbre, tradición, se filtró a la cotidianidad de esa cultura. Hoy la llamamos Modernidad.



¿Es realmente beneficioso bajarle los impuestos a los ricos?




Las derecha económica y política alrededor del mundo, siempre apoyadas por esos fieles servidores que son los "expertos" ortodoxos, hace siglos que se esfuerzan en convencer a los pueblos de que si no se le dan todas las facilidades imaginables a los ricos, la sociedad sufrirá terribles consecuencias económicas y sociales. Por eso, como decía el dictador Pinochet, se concluye y predica que "Hay que cuidar a los ricos".

La imperiosa necesidad de tal cuidado es evidente... pero solo cuando se asume la lógica del "enfoque económico": si se asume el supuesto de que los individuos son egoístas por naturaleza (maximizadores), no cabe duda que eludirán e incluso evadirán pagar impuestos. Estos, fuera de ser desde el liberalismo radical, un robo por parte del Estado, es una pérdida pecuniaria.

El punto es que esa lógica es, sencillamente, fruto de la ideología tras de la "ciencia económica". No es una situación inexorable.

Por ejemplo, considérese las palabras de Paul Krugman, premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel de 2008, en su columna para el New York Times titulada "La economía de cobrar más impuestos a los que más ganan". Si bien el economista se refiere a la derecha estadounidense, sus dichos pueden generalizarse sin problemas a otros partidos derechistas del mundo y, por supuesto, de Chile:
"...los republicanos casi de manera generalizada defienden los impuestos bajos a los ricos, con base en el argumento de que los recortes fiscales a los más ricos tendrán enormes beneficios en la economía. Esta afirmación se basa en la investigación de… este, nadie. No existe ningún cuerpo de investigación serio que sustente las ideas fiscales del Partido Republicano, porque la evidencia existente está en contra de esas ideas de manera abrumadora"
Queda en evidencia, una vez más, la falsedad de las afirmaciones de la élite ortodoxa en general y de la chilena en particular... ¡y ni hablar de los economistas convencionales! En nuestro país, y en plena crisis por la pandemia, se ha esgrimido como argumento técnico, por ende neutral y objetivo, la conveniencia de una rebaja de impuestos a los millonarios.

Chile, para variar, permite concluir con base en hechos que los "expertos" nacionales son los técnicos más ideologizados del mundo... cuando no mediocres o derechamente corruptos. Ellos repiten cual mantra una conclusión lógica, pero que no se sostiene en datos o que no es universalizable. Cuestión que debería ser fundamental para los miembros de una disciplina que, majaderamente, gustan remarcar que pertenecen a la "más científica de las ciencias sociales".

Para dejar manifiesta la falta de argumentos empíricos de nuestros "expertos" en relación a "cuidar a los ricos" a como dé lugar, dejamos una nota que hace alusión a un trabajo publicado por la para nada radical London School of Economics. Esta investigación, basada en datos de 18 países por un periodo de 50 años, muestra algo que no debería llamar la atención de nadie: la rebaja de impuestos a los ricos no tiene incidencia en el crecimiento económico ni en la disminución del desempleo... Es solo una medida política disfrazada de técnica, la cual únicamente consigue o busca que quienes ya son ricos aumenten aún más su riqueza.


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Las grandes reformas que reducen los impuestos a los ricos conducen a una mayor desigualdad de ingresos, pero no tienen ningún efecto significativo sobre el crecimiento económico o el desempleo, según una nueva investigación de LSE y King's College London.

Los investigadores dicen que los gobiernos que buscan restaurar las finanzas públicas luego de la crisis del COVID-19 no deberían preocuparse por las consecuencias económicas de impuestos más altos para los ricos.

El documento, publicado por el Instituto Internacional de Desigualdades de la LSE, utiliza datos de 18 países de la OCDE, incluidos el Reino Unido y los Estados Unidos, durante las últimas cinco décadas. Las consecuencias económicas de los importantes recortes fiscales para los ricos, de David Hope y Julian Limberg, muestra que los últimos 50 años fueron un período de caída de los impuestos a los ricos en las economías avanzadas. Los recortes de impuestos importantes se distribuyeron entre países y durante el período de observación, pero se agruparon particularmente a fines de la década de 1980.

Dice: “Nuestros resultados muestran que ... importantes recortes de impuestos para los ricos aumentan la parte superior del 1% del ingreso nacional antes de impuestos en los años posteriores a la reforma. La magnitud del efecto es considerable; en promedio, cada reforma importante conduce a un aumento de 0,8 puntos porcentuales en la parte superior del 1% de la renta nacional antes de impuestos. Los resultados también muestran que el desempeño económico, medido por el PIB real per cápita y la tasa de desempleo, no se ve afectado significativamente por importantes recortes de impuestos para los ricos. Los efectos estimados para estas variables son estadísticamente indistinguibles de cero ".

Continúa: “Nuestros hallazgos sobre los efectos del crecimiento y el desempleo brindan evidencia en contra de las teorías del lado de la oferta que sugieren que los impuestos más bajos para los ricos inducirán respuestas de la oferta laboral de las personas de altos ingresos (más horas de trabajo, más esfuerzo, etc.) que impulsan la economía actividad. De hecho, están más en línea con la investigación empírica reciente que muestra que las moratorias fiscales y las ganancias inesperadas no llevan a las personas a alterar significativamente la cantidad de trabajo ".

Los autores concluyen: “Nuestros resultados tienen implicaciones importantes para los debates actuales sobre las consecuencias económicas de gravar a los ricos, ya que brindan evidencia causal que respalda el creciente conjunto de pruebas de estudios correlacionales de que reducir los impuestos a los ricos aumenta la participación de los ingresos superiores, pero ha poco efecto sobre el desempeño económico ".

El Dr. Hope, miembro visitante del Instituto Internacional de Desigualdades de la LSE y profesor de Economía Política en el King's College de Londres, dijo: “Nuestra investigación muestra que el argumento económico para mantener bajos los impuestos a los ricos es débil. Los importantes recortes de impuestos para los ricos desde la década de 1980 han aumentado la desigualdad de ingresos, con todos los problemas que conlleva, sin que se compensen las ganancias en el desempeño económico ".

El Dr. Limberg, profesor de Políticas Públicas del King's College de Londres, dijo: “Nuestros resultados podrían ser una buena noticia para los gobiernos que buscan reparar las finanzas públicas después de la crisis del COVID-19, ya que implican que no deberían preocuparse indebidamente por la consecuencias económicas de impuestos más altos para los ricos ".

Los países estudiados en el documento son Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Alemania, Dinamarca, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Japón, Holanda, Noruega, Nueva Zelanda, Suecia, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos.


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Resumen del artículo original en inglés "The economic consequences of major tax cuts for the rich" ("Las consecuencias económicas de importantes recortes de impuestos para los ricos"":
Este documento utiliza datos de 18 países de la OCDE durante las últimas cinco décadas para estimar el efecto causal de importantes recortes de impuestos para los ricos sobre la desigualdad de ingresos, el crecimiento económico y el desempleo. En primer lugar, utilizamos una nueva medida global de impuestos a los ricos para identificar casos de reducción importante de la progresividad fiscal. Luego, observamos el efecto causal de estos episodios en los resultados económicos aplicando una generalización no paramétrica del indicador de diferencias en diferencias que implementa el emparejamiento de Mahalanobis en el análisis de datos de panel. Descubrimos que las reformas importantes que reducen los impuestos a los ricos conducen a una mayor desigualdad de ingresos, medida por la participación del 1% superior del ingreso nacional antes de impuestos. El efecto se mantiene estable a medio plazo. Por el contrario, estas reformas no tienen ningún efecto significativo sobre el crecimiento económico y el desempleo.



* Publicado en www.lse.ac.uk, 16.12.20.

Manifiesto por una economía pluralista y rigurosa

 

Arriba de izq. a der.: Paul Samuelson, Herbert Simon y Franco Modigliani.
Abajo de izq. a der.: Jan Tinbergen y Clive Grainger (Futuro Nobel de 2003).


En Chile, paraíso de la ortodoxia, este Manifiesto de un grupo muy respetable de profesionales... pasó desapercibido. Como los "científicos" no pudieron usar su implacable argumento de que los firmantes no eran "economistas profesionales" (menos cuando muchos de ellos están a un nivel que nuestros mediocres y serviles técnicos ni siquiera sueñan rozar), como es costumbre de la "buena ciencia económica", lo ignoraron para hacerlo desaparecer.

En el intertanto, allá afuera, en el mundo normal fuera de Chile, por así decirlo, sí se ha movido algo el tablero. Estudiantes protestaron en EU y en varios países de Europa por el sesgo de la educación económica: un escuela, mágicamente, se transformó en la economía... y ni decir de la peligrosa unificación de las diferencias bajo la sombra de la "ciencia económica" (agregar variables "no económicas" a tus modelos no te hace menos ortodoxo).

Por otro lado, por ejemplo, la economía experimental y del comportamiento ha avanzado en resultados y legitimación académica e incluso ha conseguido premios Nobel... Aunque estén descubriendo obviedades que la antropología estableció hace un siglo: el modelo del "hombre económico" no es universal sino una cuestión cultural e ideológica occidental moderna. Por ende, es evidente que hay más de una posibilidad de sistema económico.

Sin embargo, más allá de lo anterior, el Manifiesto es a todas luces un avance y una muestra más de que dentro de la propia economía han habido y hay voces disidentes de la obtusa y servil corriente principal. No es una crítica del calibre y profundidad que uno quisiera y que se necesita, pero es algo.

El problema es que data del siglo pasado, del ya lejano 1992...


§§§


Manifiesto por una economía pluralista y rigurosa


Nosotros, los abajo firmantes,

Estamos preocupados por la amenaza que el monopolio intelectual representa para la ciencia económica. Hoy en día, los economistas están sometidos a un monopolio en el método y los paradigmas, a menudo, defendidos sin un argumento mejor que el de constituir la "corriente principal". Los economistas abogan por la libre competencia, pero no la practican en el campo de las ideas.

Consecuentemente hacemos un llamado para un nuevo espíritu de pluralismo en la economía, que implique conversación crítica y comunicación tolerante entre diferentes enfoques. Tal pluralismo no debe socavar los estándares de rigor; y una economía que enfrente todos los argumentos será una ciencia más y no menos rigurosa.

Creemos que el nuevo pluralismo debería reflejarse en el carácter del debate científico, en el rango de contribuciones en las revistas, y en la capacitación y contratación de economistas.


Firmado por:
Franco Modigliani, Paul Samuelson, Herbert Simon, Jan Tinbergen (todos premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel), Robert Axelrod, Kenneth Boulding, J. K. Galbraith, Clive Granger (futuro Nobel de 2003), Nicolas Gorgescu-Roegen, Robert Heilbroner, Albert Hirschman, Deane Phyllis, Kurt Rotschild y otros 31 profesionales del área.





A PLEA FOR A PLURALISTIC AND RIGOROUS ECONOMICS 


"We the undersigned are concerned with the threat to economic science posed by intellectual monopoly. Economists today enforce a monopoly of method or core assumptions, often defended on no better ground that it constitutes the 'mainstream'. Economists will advocate free competition, but will not practice it in the marketplace of ideas."

"Consequently, we call for a new spirit of pluralism in economics, involving critical conversation and tolerant communication between different approaches. Such pluralism should not undermine the standards of rigor; an economics that requires itself to face all the arguments will be a more, not a less, rigorous science."

"We believe that the new pluralism should be reflected in the character of scientific debate, in the range of contributions in its journals, and in the training and hiring of economists."



* El Manifiesto fue organizado por Geoffrey Hodgson (Reino Unido), Uskali Maki (Finlandia) y Donald McCloskey (EU); y fue publicado como un anuncio ("Announcement") en la American Economic Review, May, 1992, Vol. 82, Nro. 2, xxv, bajo el título "Plea for a pluralistic and rigorous economics".



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