La ciencia y la política de la naturalización




Susan MacKinnon


Cualesquiera que sean las afirmaciones que puedan hacerse sobre las ciencias duras, las ciencias humanas, debido a su sujeto, se enredan inevitablemente en debates acerca de la naturaleza de las categorías sociales, y las disputas relativas a las ideas de los psicólogos evolucionistas acerca de la naturaleza del sexo, el género y el parentesco no son más que las últimas de una larga serie de discusiones de ese tipo.


Por un lado, las ciencias humanas tienen una larga historia de naturalizar categorías sociales y jerarquías específicas; es decir, de sostener que categorías sociales determinadas y las jerarquías con ellas asociadas (el género, por ejemplo, o la raza) se basan en la naturaleza, y por lo tanto son inevitables e inmutables. La medida de la diferencia natural puede ser el tamaño del cerebro o la forma del esqueleto o el color de la piel; pueden ser humores, hormonas o coeficientes de inteligencia. Más recientemente la medida de la diferencia natural ha sido genética. Los términos y las mediciones pueden haber cambiado a lo largo del tiempo pero el proceso de naturalización ha seguido siendo el mismo.


Por otro lado, las exploraciones en ciencias humanas también han tenido el efecto de desnaturalizar categorías sociales y jerarquías, al revelar, por ejemplo, que el cerebro de las mujeres no está controlado por su útero ni limitado en su capacidad por su tamaño; al descubrir que la raza es una categoría social, más que biológica; al comprender que el CI mide el capital social tanto o más que cualquier dotación genética innata; al entender la diferencia entre potencialidad genética y determinismo genético; al investigar las implicaciones de las estructuras sociales, políticas y económicas para los patrones de salud, enfermedad, reproducción y muerte, y así sucesivamente.


La antropología ha participado con frecuencia en el proceso de naturalizar categorías y jerarquías sociales. Ha medido su buena dosis de cerebros y cráneos; creado su cuota de categorías raciales; elaborado su parte de narrativas evolucionistas que han dividido a los pueblos en “salvajes” y “civilizados”. Asimismo, la antropología ha sido, aunque no, en mi opinión, más esencial ni inevitablemente, parte del proceso por el cual se han desnaturalizado las categorías y jerarquías sociales. Al tomar en serio la variación biológica ha desmantelado las categorizaciones ideológicas de la raza. Al tomar en serio la variación lingüística ha demostrado la fundación simbólica que subyace a todos los lenguajes y pensamientos humanos. Al tomar en serio categorías sociales tales como parentesco, sexualidad y género, ha demostrado su variabilidad y su “naturaleza” simbólica, más que meramente biológica. Al rastrear los cambios en la forma y el significado de relaciones y jerarquías sociales, tanto transculturalmente como a lo largo del tiempo, ha desarrollado una conciencia más sensible a la variabilidad de las disposiciones sociales humanas. Esa conciencia, correctamente entendida, desata en forma inevitable los nudos de necesidad que amarran a las relaciones sociales en formas aparentemente fijas. Sostiene que las cosas siempre pueden ser —y con frecuencia son— diferentes.


En ese trabajo considero un caso particular de esta tensión entre los discursos naturalizadores y desnaturalizadores al dirigir mi atención a la psicología evolucionista. Por un lado, afirmo que la psicología evolucionista es simplemente la más reciente de una larga línea de narrativas científicas reductivas que han naturalizado categorías y jerarquías sociales, en particular las del sexo, el género y el parentesco. Por el otro, quiero poner esas narrativas en diálogo con el ímpetu desnaturalizador de la antropología cultural estadunidense que, desde los tiempos de Boas y sus alumnos, se abocó a reconocer la integridad de comprensiones culturales alternas del mundo y, en particular, de las relaciones de sexo, género y parentesco.




* Fragmento extraído desde Genética neoliberal: mitos y moralejas de la psicología evolucionista. 2012. FCE, México D.F., pp.: 23-25.

La FIFA y el "deporte"




Para la FIFA el dinero es "neutral" y el motor de ese "deporte" llamado fútbol. La solidaridad, la paz, la pobreza, las luchas obreras o por la libertad, la justicia, los DDHH, el hambre, etc. ... son todas cuestiones que no tienen que ver con el fútbol, que no deben tener que ver con el fútbol. Incluso, son cuestiones "antideportivas" para dicha institución.

Obvio. Le hacen daño al negocio. Por ende, deben desaparecer de los estadios, de las transmisiones, de las ruedas de prensa. Para ello la FIFA, las serviles confederaciones continentales y las federaciones nacionales, elaboran reglamentaciones ad hoc que incluyen multas a los jugadores y a los clubes si se trata de una falta de sus hinchadas.

Por ejemplo, Frederick Kanouté, delantero del Sevilla, fue multado con 3 mil euros por la Federación Española de Fútbol en 2009. El motivo: el jugador, al celebrar un gol, mostró una camiseta que tenía estampada la palabra "Palestina" en un partido de la  Copa del Rey.


Otro caso, es el Celtic de Glasgow, club que recibió al Hapoel de Israel, en 2016, en la eliminatoria previa a la Liga de Campeones. Su consciente hinchada, en solidaridad con el pueblo palestino, exhibió banderas palestinas en el estadio... ilegales según la UEFA. Esa ilegalidad le costó 10 mil euros al club [1].


Y uno se puede preguntar si la bandera de una nación y su nombre pueden ser ilegales o inconvencientes al punto de merecer una multa[2].

El escritor uruguayo Eduardo Galeano en su libro El fútbol a sol y sombra (1995), describía acertadamente el muy singular amor por el fútbol que tiene la FIFA:
"En el mundo actual, todo lo que se mueve y todo lo que está quieto transmite algún mensaje comercial. Cada jugador de fútbol es una cartelera en movimiento, pero la FIFA no permite que los jugadores porten mensajes de solidaridad social. Tamaño disparate está expresamente prohibido. Julio Grondona, presidente del fútbol argentino, lo recordó y lo hizo recordar en 1997, cuando algunos jugadores quisieron expresar en la cancha su apoyo a las reivindicaciones de los maestros y profesores, que ganan sueldos de ayuno perpetuo. Poco antes, la FIFA castigó con una multa al jugador inglés Robbie Fowler, por el delito de inscribir en su camiseta una frase de adhesión a la huelga de los obreros de los puertos"
Puntualmente acerca de Robbie Fowler, Alfredo Relaño transcribió en 366 historias del fútbol mundial las palabras del futbolista del Liverpool:
"En aquella época [1997] estaban perdiendo sus puestos de trabajo y había muchas huelgas. Tenía ganas de mandarles mi ánimo porque creía que no estaban teniendo la cobertura informativa que merecían. Quizás no les ayudé a largo plazo, pero puse sus problemas sobre la mesa cuando nadie hablaba de ellos. Con lo expuestos que estamos mediáticamente, nuestra obligación es echar una mano cuando la gente lo necesita"


Robbie Fowler, jugador del Liverpool F.C., apoyando el paro portuario.


NOTAS:

[1] Asalta la duda de qué tan legal o real es que la selección nacional de fútbol del Estado Judío de Israel y sus equipos compitan en Europa.

[2] En Israel y los territorios ocupados los uniformados israelíes, punta de lanza de la ocupación y el apartheid, retiran banderas a voluntad o golpean y secuestran (una potencia colonial no detiene) a quienes las portan.

Palestina y el derecho a la resistencia anticolonial




Franz Fanon expresó en su Sociología de una revolución (1959), una idea que a pesar del tiempo sigue vigente en lo que respecta a los pueblos no occidentales pobres que resisten las agresiones de potencias coloniales o neocoloniales occidentales o ricas:
“El pueblo subdesarrollado tiene la obligación, si no quiere verse condenado moralmente por las ‘naciones occidentales’, a practicar el fair-play, mientras que su adversario puede dedicarse, con la conciencia absolutamente tranquila, al descubrimiento ilimitado de nuevos métodos de terror”
Las potencias siempre responden agresiones, luchan por la paz, la democracia o los DDHH. Quienes las resisten siempre son terroristas, fanáticos, criminales, antidemocráticos o violadores de los DDHH.

No obstante, la propia ONU ha validado la resistencia anticolonial en su Resolución 3103, adoptada por su Asamblea General el 12 de diciembre de 1972: “Principios básicos de la condición jurídica de los combatientes que luchan contra la dominación colonial y foránea y contra los regímenes racistas”. La cual, ¡cómo no!, calza perfectamente con la situación colonial en Palestina y legitima la lucha de los diversos grupos que, usen o no armas, se levantan contra la colonización y los diversos crímenes de Israel:
“Reafirmando que la continuación del colonialismo en todas sus formas y manifestaciones, como se señaló en la resolución 2621 (XXV) de 12 de octubre de 1970 de la Asamblea General, es un crimen y que los pueblos coloniales tienen el derecho inmanente a luchar con todos los medios necesarios a su alcance contra las Potencias coloniales y la dominación foránea en el ejercicio de su derecho a la libre determinación reconocido en la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaración sobre los principios de derecho internacional referentes a las relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas”
Así, “La lucha de los pueblos sometidos a la dominación colonial y foránea y regímenes racistas por la aplicación de su derecho a libre determinación y a la independencia es legítima y está plenamente de acuerdo con los principios del derecho internacional”.

Incluso, Ben Gurion, uno de los fundadores del Estado Judío de Israel, asumiendo el despojo que ellos realizaron a los palestinos, tiene plena conciencia de lo evidente y comprensible de que los palestinos resistan:
“¿Por qué los árabes deberían hacer la paz? Si yo fuera un líder árabe nunca llegaría a acuerdos con Israel. Es natural. Hemos tomado su país. Seguro. Dios nos lo prometió a nosotros, pero ¿qué les importa eso a ellos? Nuestro Dios no es el de ellos. Nosotros venimos de Israel, es verdad, pero dos mil años atrás, ¿y qué es eso para ellos? Ha habido antisemitismo, Nazis, Hitler, Auschwitz, ¿pero fue culpa de ellos? Ellos ven una sola cosa: hemos venido aquí y robado su país. ¿Por qué deberían aceptarlo?”



* Referencias:
- Resolución 3103 de la ONU.
- Cita Ben Gurion: Benny Morris, The firts arab-israeli war, citado por Alfredo Thumala en Palestina arde, pp.: 77-78.

¿Qué se requiere para hacer clases en la universidad?


Hoy los requisitos para hacer clases en una universidad, aunque a Ud. le parezca extraño, no tienen que ver con dar buenas lecciones. Los requisitos son, más que cualquier otra cosa, tener postgrados y publicar papers en revistas indexadas.

Pero, conversando con estudiantes sobre lo que ellos estiman deberían ser requisitos para la docencia universitaria, entre otros temas sacaban a colación incluso la salud mental de sus docentes... Sí, en serio, dijeron salud mental. Se preguntaban cuántos/as pasarían una entrevista psicológica. Porque hoy en cualquier trabajo, estemos o no de acuerdo con ello, se realiza una entrevista psicológica. Pero, ello no ocurre para dar clases en una universidad y en la educación superior en general.

Parte del estudiantado no está del todo contento con hiperespecialistas que son unas máquinas de publicar papers y para ganar proyectos FONDECYT... Ambas cuestiones, actualmente, son primordiales porque le dan "prestigio" y puntos en rankings internacionales a las universidades. 

Sin embargo, no pocos estudiantes critican, entre otras cosas, los particulares rasgos de personalidad de no pocos/s de sus docentes, sus limitaciones comunicativas, su falta de empatía y sus cátedras poco motivantes o derechamente malas.

A lo antedicho el estudiantado suma agresividad-soberbia intelectual en general y contra ellos, desinterés por el mundo real y nuestra sociedad, carencia de habilidades sociales, despreocupación por el aprendizaje de sus estudiantes y en sus estudiantes como personas, incapacidad para aceptar que hay temas que no dominan y para trabajar con personas de otros campos del saber, manejo de información especializada que dista de la verdadera sabiduría y de tener criterio, individualismo, baja capacidad de autocrítica y subvaloración cuando no desprecio por disciplinas diferentes de la propia.

De hecho, justamente por esa falta de autocrítica, no es casual ni raro que las opiniones de los alumnos sean deslegitimadas y caigan en el olvido: "Los cabros son llorones", "alegan por todo"... Incluso, institucionalmente, porque tras repetidas evaluaciones y comentarios negativos en las encuestas donde los alumnos evalúan a sus docentes, según ellos, rara vez consiguen cambios. Es decir, que algún encargado hable con su colega y le haga ver su problema profesional y éste cambie su actitud o, derechamente, se reemplace al docente a cargo de dicha asignatura.

Así las cosas, al tomar en cuenta las opiniones de los estudiantes, vale la pena preguntarse: ¿cuántos de nosotros podríamos seguir haciendo clases en una universidad según ese perfil profesional?

AFP’s: un iglú en Cancún




Los economistas "científicos" insisten majaderamente en que su disciplina se caracteriza por la rigurosidad en el manejo cuantitativo de los datos y que tal rigor da lugar a un realismo a toda prueba. Y apoyados en esa mirada "científica", numerosos economistas han salido en pública, aguerrida y “objetiva” defensa de la “industria” de los fondos de pensiones.

El argumento de apoyo a las AFP’s que más me ha llamado la atención, sostiene la conveniencia del sistema porque de por sí es un excelente método de recaudación y, en último término, de inversión para la vejez. El único detallito —una cosa muy muy, pero muy menor por supuesto— son los bajísimos sueldos pagados en Chile. O sea, profesionales inteligentes y realistas defienden a brazo partido un sistema que, a todas luces, no debería haberse aplicado en nuestro contexto. Pues, hasta ellos son capaces de darse cuenta de que no es adecuado para nuestra miserable realidad salarial[1].

De tal modo, se puede decir que las AFP’s son una especie de iglú en Cancún, donde la temperatura más baja al año bordea los 20º. Por mucho que el arquitecto inuit (los "esquimales" no existen) te diga que el hielo es un material abundante y que los iglús son una inmejorable construcción que en el Ártico funciona a las mil maravillas... Bueno, Ud. querido lector podrá sumar ejemplos absurdos hasta el infinito, aunque no tenga un doctorado en Economía.

No obstante, aunque parece de perogrullo que las AFP’s no corresponden a nuestro contexto, se puede encontrar una base "científica" para apoyar tan particular realismo. Ello se puede ejemplificar con Sergio de Castro (Chicago boy, ministro de Hacienda de la dictadura y exdecano de la Escuela de Economía de la Universidad Católica), quien señalaba a sus estudiantes: "cuando la teoría [económica ortodoxa] y la práctica [los grupos humanos] están en desacuerdo, quiere decir que la práctica está mal". Sí, en serio, leyó bien. No se ría ni se extrañe. ¡Así de buenos son los modelos neoliberales!

Entonces, obviamente la culpa la tienen los trabajadores por ser tan ineficientes y, en consecuencia, ganar tan poco. ¡Produzcan más flojos! No me salgan con esas leseras comunistas de la explotación o las diferencias de poder al negociar. Por si Ud. no lo sabía los salarios son de mercado, se ajustan automáticamente. Y si no lo sabía, estudie pues. Para eso es esta maravillosa "ciencia" de modelos de la realidad universales y más perfectos que la propia realidad[2].

No hay que ser un genio para entender dónde está la pana de los abogados del Mercedes Benz de nuestro gran y querido amigo Pepe. Sin embargo, además del ciego dogmatismo, no es posible obviar los intereses que están en juego y que asimismo se relacionan a la mirada económica ortodoxa… tan amiga de los ricos.

Las AFP’s —en realidad el dinero ahorrado por todos los trabajadores chilenos para pensionarse— son la bencina del mentado Mercedes Benz. Un combustible abundante y muy barato que está a disposición plena de los grandes grupos económicos. Como escribiera Hernán Büchi, subsecretario de Salud, director de ODEPLAN, superintendente de Bancos y ministro de Hacienda de la dictadura, la reforma de pensiones de Pinochet "creaba un mercado privado de capitales de proporciones"[3]. Y los economistas "científicos" no ven ningún problema en que un sistema que debería dar pensiones se transforme en otra cosa: un negociado para financiar a grandes grupos económicos. Si es un buen negocio, es bueno en sí; el resto es moralina o populismo. No hay problemas éticos en disponer del dinero de los chilenos para enriquecer todavía más a unos pocos que ya tienen muchísimo dinero. Tampoco hay reparos en cuanto a que el excesivo poder económico se convierte en poder político. En el mundo paralelo de los ortodoxos el verdadero punto es sencilla y supuestamente técnico.

Ahora bien, esa ceguera economicista tampoco ve otros asuntillos. Por ejemplo, que se supone que el capitalismo se basa en el riesgo y que por ley las AFP’s tienen millones de clientes cautivos; los cuales, para peor, son quienes pierden su dinero si las compañías hacen una mala gestión (caso en el cual siguen cobrando su comisión y además el Estado se hace cargo del "pilar solidario"). ¡Negocio redondo![4] Entonces, ¿de qué riesgo me hablan? ¿Dónde están esos míticos emprendedores del liberalismo que asumen dificultades para desarrollar sus ideas, sus empresas? Por otro lado, también es un punto ciego el tema de las "comisiones fantasmas": ¿podría un verdadero liberal y un verdadero economista neoclásico aceptar que se esconda un cobro a un cliente? ¡Clientes que el 2015 pagaron sin saberlo más de $ 271 mil millones (unos US$ 422 millones)!

Sobre esos asuntos los economistas "científicos" callan. Para qué exagerar con el rigor y el realismo, ¿no? ¿Y para qué hablar de ética? Si esa leserita no es una cuestión económica[5].

Finalmente, la rabiosa defensa que economistas "científicos" hacen de las AFP’s, responde a un motivo ideológico… ¡Era que no! El sistema representa una forma de concebir el mundo, un utópico mundo de maximización individualista que se ajusta o equilibra automáticamente. Perspectiva que asume como normal, pero por sobre todo como una norma ética superior y correcta, el individualismo. La supuesta neutralidad del mercado, donde las personas egoístas compiten por los recursos, no alcanza para encubrir esa catedral ideológica. Tampoco alcanza para disimular el miedo a perder ese manantial de plata dulce que son los ahorros de los chilenos para su vejez.

Así las cosas, entre dogmatismo economicista y los oscuros intereses lucrativos, deberemos seguir invirtiendo por ley nuestro dinero en esos fantásticos iglús de Cancún. Quédese tranquilo, se lo recomiendan "científicos" rigurosos y realistas. Recuerde: todo es perfectible.


NOTAS:

[1] Obviamente, es implícito que el sistema está diseñado para quienes sí ganan buenos salarios. Pero, ese pequeño detalle sociopolítico es una cuestión ajena al riguroso corpus de la “ciencia económica”.
[2] Otro argumento universalista pro capitalización individual señala que, dada la naturaleza humana, las personas son egoístas y no quieren su dinero en un fondo común solidario. Sin embargo, esa creencia implica la más absoluta ignorancia histórica, antropológica, psicológica, sociológica e incluso económica y puede llevarlo a afirmar públicamente, como Felipe Morandé, doctor en Economía por la Universidad de Minnesota, que el lucro es una tendencia inherente a la humanidad… ¡igual que el deseo sexual! (La Segunda, 24.08.16).
[3] La transformación económica de Chile. Del estatismo a la libertad económica. Editorial Norma, Bogotá, p. 114.
[4] Directores, gerentes y altos ejecutivos de las AFP’s, específicamente 266 personas, recibieron el 2015 $ 20.560.066.995 (http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2016/07/22/las-redes-politicas-tras-los-nombres-clave-en-el-millonario-negocio-de-las-afps/). Mientras las AFP’s como empresas “ganan casi cinco veces más de lo que rentan los fondos de pensiones que gestionan”, es decir, unos US$ 770.000 millones (http://www.elmostrador.cl/mercados/destacados-mercado/2012/03/17/afp/).
[5] Respecto a la ética, se puede recurrir al caso del economista Klaus Schmidt-Hebbel, quien apoyó públicamente el sistema como académico de la Universidad Católica… ¡sin explicitar que era director de una AFP! Y le cuento un chiste: es miembro de la Asamblea de la ONG Chile Transparente (http://www.chiletransparente.cl/klaus-schmidt-hebbel/).



* Publicado en El Clarín de Chile, 15.01.17.

Discurso final de Bartolomeo Vanzetti


Vanzetti (izq.) y Sacco (der.)


Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti fueron dos inmigrantes italianos, trabajadores pobres y anarquistas acusados de robo a mano armada y asesinato de dos personas en 1920 en South Braintree, Massachusetts. Su juicio no cumplió con el debido proceso, presentó deficiencias probatorias e irregularidades, discrecionalidad del juez y estuvo cruzado políticamente por la discriminación por su triple condición de inmigrantes, pobres y anarquistas.

Finalmente, a pesar de todas las falencias e injusticias del proceso, Sacco y Vanzetti fueron condenados a morir electrocutados. Se presentaron seis solicitudes de apelación, pero el juez las rechazó todas y fueron asesinados el 23 de agosto de 1927.


§§§


En 1946, el poeta y crítico literario Selden Rodean publicó su New Anthology of Modern Poetry. Entre poemas de Dylan Thomas y E.E. Cummings incluyó en su antología este poema de Bartolomé Vanzetti. Este poema no es más que parte del alegato final de Vanzetti en el juicio en que fue condenado a muerte, versificado por el antólogo. Fue traducido al castellano por el escritor Augusto Monterroso.

He hablado tanto de mí mismo
que casi olvido mencionar a Sacco.
Sacco es también un obrero,
desde su niñez un experto obrero,
amante del trabajo,
con buen empleo y una buena paga,
una cuenta de banco, una esposa buena y amable,
dos lindos hijos y un hogar pequeño y limpio
a la orilla del bosque, cerca de un arroyo.
Sacco es un corazón, una fe, un carácter, un hombre;
un hombre amante de la naturaleza, de la humanidad;
un hombre que lo dio todo, que sacrificó todo
a la causa de la libertad y su amor al hombre:
dinero, descanso, ambición terrena,
su propia esposa, sus hijos, él mismo
y su propia vida.
Sacco no ha soñado nunca robar, asesinar.
Ni él ni yo nos hemos llevado jamás a la boca
un pedazo de pan, desde nuestra niñez al día de hoy,
que no hayamos ganado con el sudor
de nuestra frente. Nunca.
Oh, sí, como alguien lo ha dicho
yo puedo ser más ingenioso que él;
mejor conversador, pero muchas, muchas veces
al escuchar su voz cordial resonando con fe sublime,
al considerar su sacrificio supremo, al recordar su heroísmo
me sentí pequeño ante su grandeza
y me encontré a mí mismo luchando por contener
las lágrimas de mis ojos
y calmar mi corazón
impidiendo a mi garganta sollozar frente a él:
este hombre llamado ladrón y asesino
y sentenciado a muerte.
Pero el nombre de Sacco vivirá
en el corazón de la gente y en su gratitud
cuando los huesos de Katzmann [fiscal del caso]
y los vuestros hayan sido dispersados por el tiempo;
cuando vuestro nombre,
vuestras leyes e instituciones
y vuestro falso dios
sean apenas el borroso recuerdo
de un pasado maldito en que el hombre
era lobo del hombre.
Si no hubiera sido por esto
yo podría haber gastado mi vida
hablando en las esquinas a gente burlona.
Podría haber muerto inadvertido, ignorado, un fracaso.
Ahora no somos un fracaso.
Ésta es nuestra carrera y nuestro triunfo.
Nunca en toda nuestra vida pudimos esperar
hacer tal trabajo
por la tolerancia, por la justicia, por la comprensión
del hombre por el hombre
como ahora lo hacemos por accidente.
Nuestras palabras, nuestras vidas,
nuestros dolores… ¡nada!
La toma de nuestras vidas
--vidas de un buen zapatero y un pobre
vendedor ambulante de pescado--
¡todo! Ese último momento nos pertenece:
esa agonía es nuestro triunfo.






* El discurso de Vanzetti en la película "Sacco y Vanzetti" de Giuliano Montaldo (1972), a cargo de Gian Maria Volonté:
En italiano.
En español.





El acto fotográfico como forma de violencia

Fotografía del linchamiento de Laura Nelson y su hijo Lawrence (Oklahoma, EE.UU., 1911), impresa y distribuida como postal. La historiadora ...