Patriotic Millonaires (Reino Unido) piden que les cobren más impuestos




Los mensajes proyectados en el Tesoro y el Banco de Inglaterra resaltaron el hecho de que un impuesto del 2% sobre aquellos con más de £10 millones podría recaudar £22 mil millones al año, o £423 millones a la semana. Esto podría cubrir el costo salarial promedio de más de 600.000 enfermeras al año, más de tres cuartas partes de la fuerza laboral de enfermería del Reino Unido.

Este enorme potencial de recaudación de ingresos se produce cuando se rumorea que el Canciller [Rishi Sunak] está considerando alternativas que reducirían los ingresos disponibles para las prioridades nacionales o beneficiarían al 4 por ciento más rico mediante la reducción del impuesto a la herencia.

Patriotic Millionaires UK (PMUK), una organización de millonarios que quieren ver una mayor inversión en Gran Bretaña, está pidiendo aumentos de impuestos para los súper ricos y ha proyectado estos mensajes en el Tesoro para recordar a la Canciller el amplio apoyo a esta política tanto por parte del público y las personas más ricas del Reino Unido.

Una encuesta de YouGov encontró que tres cuartas partes de los británicos apoyan un impuesto al patrimonio. Mientras tanto, a principios de este año, en nombre de PMUK, Survation encuestó a aquellos con activos invertibles de £1 millón o más sobre sus actitudes hacia la economía, la riqueza extrema y la política fiscal. Esto representa el 6 por ciento superior de la población del Reino Unido. La encuesta encontró:

- El 68% del 6% más rico de la población del Reino Unido encuestado apoya la introducción de un impuesto del 2 por ciento para aquellos con más de £10 millones.

- En todo el espectro político, la mayoría de los votantes encuestados de todos los partidos políticos apoyaron la introducción de dicho impuesto, con el nivel más bajo de apoyo de los votantes conservadores con un 51%.

- Una subsección de los encuestados incluía individuos con más de £10 millones en activos, y un sorprendente 66 por ciento de este grupo apoyaba la introducción de un impuesto sobre el patrimonio para ellos mismos.

Además, una encuesta publicada por Tax Justice, realizada por Opinium Research, muestra que tres de cada cinco británicos creen que cerrar las lagunas fiscales debería ser una prioridad. Cifra que asciende a casi tres de cada cuatro de los que votaron por los conservadores en las elecciones generales de 2019. Además, sólo 1 de cada 4 piensa que recortar impuestos, más que gastar en servicios públicos, debería ser una prioridad para la Cancillería.

En medio de los rumores sobre la agenda de reducción de impuestos del Canciller en la Declaración de Otoño, Phil White de Patriotic Millionaires UK dijo:
“Todo el país sabe que necesitamos una importante inyección de capital para volver a encarrilarnos. Tenemos un potencial de 423 millones de libras esterlinas a la semana, que actualmente no figura en los ingresos por inversiones nacionales, porque no gravamos la riqueza extrema. ¿Seguramente la gente del Reino Unido merece más? Para una Gran Bretaña mejor, nuestro Gobierno debería dar prioridad a gravar a aquellos de nosotros que más podemos permitírnoslo”
En respuesta a la idea de que recortar los impuestos a la herencia podría aparecer en la Declaración de Otoño, el Sr. White añadió:
“Dar prioridad a la reducción de impuestos, especialmente para los más ricos, es una decisión deprimente por parte de este Canciller sobre la reforma fiscal. En lugar de eso, podemos aumentar la inversión en Gran Bretaña y aliviar la presión sobre los trabajadores gravando a los súper ricos
Rachael Henry, de Tax Justice UK , afirmó:
“Hace mucho que debería haberse cobrado impuestos a quienes tienen una riqueza extrema y se han cerrado las lagunas que les permiten reducir aún más sus impuestos. Nuestro análisis en Tax Justice UK muestra que cerrar sólo cinco lagunas fiscales injustas, que benefician a personas ricas y empresas multinacionales, podría recaudar más de £7 mil millones al año para servicios públicos vitales. Y eso incluso antes de introducir políticas muy necesarias, como un impuesto al patrimonio”.




* Publicado en la web de Patriotic Millonaires UK, 21.11.23.

Propuesta constitucional es económica y socialmente inservible




La nueva propuesta constitucional es una defensa del modelo de desarrollo existente y sigue el mismo camino de la Constitución de 1980, asegurando el sistema productivo primario, la apertura radical al mundo y de régimen de negocios para la salud, educación y previsión.


Roberto Pizarro H.


La propuesta constitucional que ha entregado la derecha a la sociedad chilena es inservible. Es una defensa del modelo económico y social instalado por la dictadura de Pinochet, que no se modificó durante el período de transición a la democracia. Y es ese modelo el que ha generado una gran brecha de desigualdades e injusticias, con una inédita concentración del ingreso y de la propiedad en el 1% de las personas más ricas de Chile.

El lamentable fracaso de la primera propuesta constitucional dio paso a una nueva propuesta que, en vez de tener origen en el pueblo, nació de un Parlamento, con escasa legitimidad en la ciudadanía, el que organizó un proceso que abrió camino para que la derecha, con una mayoría circunstancial, redactara un documento que en lo económico, social, político y cultural ensombrece el futuro de nuestro país.

La reciente propuesta constitucional, impulsada por la derecha, perpetúa el modelo neoliberal, caracterizado, en primer lugar, por políticas sociales focalizadas para enfrentar la pobreza, desechando políticas universales. Así, se construyó una muralla que divide social y territorialmente a las familias chilenas, al convertir a la salud, educación y previsión en negocios de mercado en vez de derechos universales.

Por otra parte, en el plano productivo el estricto accionar del libre mercado, con un Estado subsidiario (favorecido por la Constitución de 1980), concentró los frutos del crecimiento en las grandes empresas. La subsidiaridad y “neutralidad” del Estado cerró las puertas para que el sector público protegiera a las medianas y pequeñas empresas y, al mismo tiempo, impidió que nuevas actividades económicas, con potencial a futuro, pudiesen ser impulsadas o promovidas por el Estado. Ese Estado frágil tampoco ha tenido la capacidad para frenar la concertación de precios del empresariado, con dolorosos costos para las familias más pobres.

Finalmente, junto al Estado subsidiario, la decisión de abrir radicalmente la economía al mundo, sin regulación alguna, cerró las puertas a la diversificación productiva y, sobre todo, provocó la quiebra de líneas de producción que tradicionalmente abastecían el mercado nacional.

La apertura económica al mundo para una economía pequeña, como la chilena, es insoslayable; pero, la radicalidad adoptada en esa apertura ha sido un error. El bajo arancel del 6% (parejo para todos los bienes), se redujo a 0%, con una gran cantidad de Tratados de Libre Comercio (TLC), lo que afectó líneas de producción que podrían haberse conservado o potenciado con un Estado más inteligente que las protegiera de la apertura comercial.

Al mismo tiempo, la política pública de “neutralidad”, tampoco le ha permitido al Estado orientar las inversiones provenientes del exterior en favor de sectores manufactureros y más bien se han dirigidos a los sectores de mayores ventajas comparativas, los productores de recursos naturales.

El sistema económico se concentró entonces en la producción-exportación de recursos naturales: cobre, agricultura primaria y pesca. Se expandieron, al mismo tiempo, la banca, el comercio y los servicios, muy ligados a esas actividades primarias. Así las cosas, la industria manufacturera -los procesos de transformación- se han reducido a una mínima expresión.

En consecuencia, no es casual que la oferta de trabajo se vea reducida, con salarios bajos y una creciente economía informal, la que, además, potencia vínculos con la delincuencia. No obstante, un grupo relativamente reducido de economistas, abogados e ingenieros de alta calificación obtienen elevados salarios en empresas y consultoras ligadas al gran empresariado.

Con esa base económica limitada, el interés por el desarrollo tecnológico es escaso y la productividad se mantiene estancada por más de una década. Ello también afecta el sistema educacional, porque no existe motivación por extender su calidad al conjunto de los jóvenes. En efecto, al gran capital y los sectores económicos que controla le resulta suficiente el contingente de estudiantes que surgen de las escuelas privadas, que se profesionalizan en las mejores universidades y que luego se especializan en universidades norteamericanas.

En estas condiciones, junto a las desigualdades sociales, el dinámico crecimiento de los años noventa se ha visto seriamente afectado en los últimos años.


La nueva propuesta constitucional

La nueva propuesta constitucional es una defensa del modelo de desarrollo existente y sigue el mismo camino de la Constitución de 1980, asegurando el sistema productivo primario, la apertura radical al mundo y de régimen de negocios para la salud, educación y previsión.

En efecto, en el plano social defiende la segregación en materia de salud, educación y previsión. Es decir, se constitucionalizan las desigualdades, con la capitalización individual, la imposibilidad de crear un sistema integrado de salud y la permanencia de la desigualdad en el sistema educativo.
En el plano productivo, se mantiene el Estado subsidiario y la concepción de “neutralidad”, lo que impide el despliegue de políticas públicas que favorezcan a pequeñas y medianas empresas y también impide al Estado crear empresas públicas o apoyar iniciativas privadas que sean de interés público.

Y, no hay cambios en la política comercial de apertura indiscriminada, la que apoyada en un Estado subsidiario, seguirá promoviendo un tipo de crecimiento basado en la explotación de recursos naturales, sin avances hacia su manufacturación.

Así las cosas, se perpetuará la crisis económica y social que vive nuestro país, lo que conducirá inevitablemente a nuevos movimientos sociales como los vividos en octubre de 2019.

Nuestro país demanda urgentes cambios para terminar con las desigualdades y promover el crecimiento económico. Ello exige un nuevo modelo de desarrollo que, junto con asegurar derechos sociales fundamentales y distribuir poder, logre crear riqueza en forma sostenida y así asegurar en el largo plazo dichos derechos. Para ello la actual propuesta constitucional no sirve. El país necesita:

En primer lugar, terminar con el Estado subsidiario y contar un Estado activo, emprendedor, que deje de lado la neutralidad y que tenga la capacidad para desplegar alianzas con el sector privado y/o participar directamente en impulsar actividades productivas. El Estado también debe tener la fortaleza suficiente para regular la concertación de precios que se presenta en los mercados.

En segundo lugar, para superar el carácter extractivo de nuestra matriz productiva y exportadora, junto con un Estado emprendedor se necesita replantear la estrategia comercial seguida en las últimas décadas. Una política comercial, con una nueva estrategia de desarrollo no es que deba terminar con la apertura al mundo, porque una economía pequeña necesita de los mercados externos. Pero, al igual que en el mercado interno, los movimientos de bienes, servicios y de capitales deben regularse, en favor de las prioridades productivas y sociales que se ha propuesto la nueva estrategia de desarrollo.

A ello debe agregarse la urgente necesidad del Estado en fomentar y financiar el desarrollo tecnológico para apoyar la transformación productiva. Ello es relevante para todas las actividades y especialmente en lo que se refiere a las industrias verdes y digitales.

Finalmente, es preciso terminar con la focalización y garantizar derechos sociales en educación, previsión, salud, vivienda, junto a la construcción de un sistema nacional de cuidados. Para ello es imprescindible implementar políticas sociales universales. Es lo que hará posible avanzar hacia un Estado social de derecho, terminando así con el negocio de mercado en la salud, educación y previsión

Empleo formal, salarios dignos y políticas sociales universales son las que nos conectan con una sociedad integradora. Es lo que permitirá derrumbar la muralla que divide a las familias chilenas y construir una nación para todas y todos.

La nueva propuesta constitucional hace crecer la muralla divisoria en la salud, educación y previsión, entre hombres y mujeres, entre trabajadores y dueños del capital, entre pequeñas y grandes empresas, entre las regiones y Santiago. Al mismo tiempo, consolida el sistema productivo depredador de los recursos naturales, impide el avance de la industria, el desarrollo tecnológico y el mejoramiento de la productividad.

Por tanto, la propuesta constitucional es inservible, porque no ayudará a reimpulsar la economía y tampoco servirá para reducir las brechas sociales.



* Publicado en Politika, 15.11.23.

Contra el mantra de la bajada de impuestos




El siguiente texto es sobre España... Pero, cambie euros por pesos. Cambie ERTE (Expediente de Regulación Temporal del Empleo) por Ley de Protección al Empleo. Cambie Partido Popular y Vox por Renovación Nacional, Unión Demócrata Independiente, Evópoli y Partido Republicano... En fin, tal como pasa en España pasa en Chile.


§§§


Te Voy a ser claro: no aguanto más la monserga de bajar los impuestos. ¿Alguien (que imagino que sí) ha caído en la cuenta de que desde que el capitalismo es capitalismo las crisis han consistido en el Estado salvando a los cowboys del mercado con dinero de todos?


Guido Ohlenschlaeger Gómez


El mercado destruye el tejido social, se autoconsume hasta el colapso (claro que ocurre de formas muy variopintas). Luego vienen las colas de grandes empresas exigiendo al Estado que las rescate con dinero púbico. Acordémonos de la crisis del COVID y los ERTE. La patronal, voz de los empresarios, cada vez que podían exigían aumentar los ERTE y alargarlos ad infinitum. Recordemos que los ERTE son y han sido una nacionalización de los sueldos encubierta. El Estado haciéndose cargo de pagar cotizaciones de empresarios y sueldos de trabajadores.

Y no contentos con eso, los freeriders, los contadores de criptomonedas, los niñatos hechos a sí mismos, los que son sus propios jefes y los mega empresarios, todos los que pregonaban las virtudes del capitalismo, no solo no se les caía la cara de vergüenza de andar exigiendo ayudas del Estado a montones (“que para eso está”), sino que seguían al mismo tiempo, allí donde podían, en bares, universidades, redes sociales o televisiones, predicando sus monsergas sobre la misma libertad de mercado que casi los deja en la estocada.

Pero bueno, para eso está el Estado, pero las ayudas recibidas deberían convalidar un silencio autoavergonzado por lo menos durante unos años. No ocurre. Una crisis tras otras los amigos del libre mercado salen a pregonar las virtudes del mismo mercado que ha colapsado y vienen a decir que lo que ha fallado es que no hay suficiente mercado. Para que se entienda: es el equivalente a decir que la solución a los tiroteos en colegios de EE.UU no es eliminar las armas sino armar a todo el mundo para que pueda defenderse. O que la forma de acabar con los chistes de mal gusto de Chris Rock es que a todo el que le salga de las gónadas se dedique a apalear humoristas. En resumen: el salvaje Oeste. Además, esto ya se intentó en 2008: liberalizar más, recortes, austeridad. ¿El resultado? Precariedad, más desigualdad y destrucción del tejido social. A más inri, tardamos 11 años en volver a datos de empleo previos a la crisis. En la crisis del COVID, con más Estado y miles de millones inyectados a empresas y trabajadores hemos tardado un año en volver a niveles de empleo previos a la crisis. Datos.

Pero ni siquiera en el Oeste son todos iguales. En el clásico «El hombre que mató a Liberty Valance» (una pieza del género western ya transitoria) los grandes empresarios del ganado no son los que empuñan las armas. Ellos se esconden detrás de un pobre infeliz, Liberty Valance, para lograr sus fines. Él es quien aprieta el gatillo, no ellos. Incluso en el salvaje Oeste seguía habiendo clases. A Liberty Valance más le hubiese valido alejarse de los rancheros para acercarse al Estado, de esa forma no hubiese muerto tiroteado en la plaza del pueblo como mueren todos los freeriders en todas las películas de vaqueros. Incluso ahí, en esa construcción mítica que es el western, casi siempre ganaba el Estado (el sheriff u otra clase de representante de la ley; en nuestra película, un abogado y luego senador).

Pero volviendo a nuestro tema. Ahí están los amantes del mercado siempre que pueden pidiendo bajadas de impuestos. PP y VOX salen prestos a decir que hay que bajar todos los impuestos que se puedan, que esa es la solución a todos los problemas. También lo piden los grandes empresarios y algunos lobbys, también algunos poderes mediáticos, y bueno, en cierta medida es normal. Ellos son los dueños del rancho para el que trabaja Liberty Valance.

Libery Valance es ese colega tuyo y mío que curra de camarero y que quiere que se bajen impuestos. Ayer uno de esos colegas me preguntaba por los 700 euros de ayudas directas a los camioneros. Me preguntaba que por qué el Gobierno no les bajaba los impuestos. Otro colega me preguntó una tarde que por qué el Gobierno no bajaba los impuestos básicos y de la energía. Ya se hizo, le respondí. Su sorpresa fue mayúscula. Imagino que pensaba que al poner la luz y otros bienes básicos con un IVA superreducido sus facturas descenderían drásticamente. Pues no, seguramente unos cuantos euros. Y no niego que para una familia en una situación muy complicada “unos euros” pueden marcar la diferencia. Pero en general, lo que tú te ahorras no es nada comparado con lo que deja de ingresar el Estado, quizás miles de millones al mes.

¿Y qué es el Estado? Y tú me lo preguntas mientras clavas tu chapa sobre las criptomonedas sobre mi odio a las supercherías. Y yo contesto: el Estado es el médico, la parada del bus que hay frente a tu casa, la calle que pisas, el colegio al que fuiste o han ido tus hijos. La Universidad, el paro, las ayudas, los ERTE y un infinito etc. Los impuestos sirven para pagar todo eso y más. Y se da la paradoja de que hay muchos que al tiempo que quieren que se bajen todos lo impuestos, quieren también que el Estado le financie casi un año de sueldo (ERTE) mientras su bar está cerrado (o su mega empresa chapa). Y tiene todo el sentido. Pero, ¿y si no hay impuestos, cómo piensa ese buen hombre o mujer, financiar esas ayudas? ¿O eso da igual?

Y ahora viene una de las respuestas favoritas de nuestro Liberty Valance. «De los sueldos de los políticos». Y en este punto desarrollan una interminable retahíla de argumentos loquísimos como que solo con lo que los políticos han robado ya bastaría para financiar eso. Poniendo que “Los políticos” digamos de PP y PSOE (que son los que han sido condenados, aunque podríamos incluir a la antigua CIU) han robado desde 1975 unos 1.000 millones de euros (una cantidad nada desdeñable) es ridícula si lo comparamos con el presupuesto aproximado de un año en España. Unos 500.000 millones de euros. EN UN AÑO. No hay por donde coger semejante argumento.

Nuestro Liberty Valance no sabe que hoy se ahorrará unos euros, sí, pero mañana tendrá que llevar a su hijo al aula con otros 40 alumnos, hacinados, sin suficientes profesores, con una educación mediocre. Cuando quiera ir al médico, nuestro Liberty Valance, tendrá que esperar meses en la lista de espera como ya ocurre en la sanidad de Madrid y otras comunidades. Claro, y hay quién podría decir que esta es la prueba de que los impuestos no sirven para nada. Como el sistema no funciona bien, abandonemos el sistema. Recordemos, una lógica equivalente a: como el sistema de detección de pistolas en los institutos de EE.UU no funciona, quitémoslo y armemos a todos los chavales. Una lógica maníaca.

Pues no, en todo caso, lo que demuestra esta lógica es que hay que pagar más impuestos y repartirlos con mayor jerarquía y organización. ¿Qué, pero estás loco? ¿MÁS IMPUESTOS? Tranquilos, hagamos una cosa: vamos a subírselos a los que más tienen. Hagamos que el que tiene 5 Ferraris pague un poquito más. En eso consiste la democracia. Para eso sirven los impuestos. Durante los años 40, el presidente Roosvelt estableció un impuesto de la renta para los más ricos de un 90% y no pasó nada, no se cayó el mundo.

Lo que quería decir era que tiene sentido que Borja Mari del Barrio de Salamanca, que fue a un colegio privado bilingüe y luego a una universidad privada; que empezó a trabajar en el despacho de su padre y luego lo heredó; que tiene su seguro en Quirón Salud, quiera bajar los impuestos, total, a él casi no le sirven para nada, salvo para financiar las carreteras por las que conduce, las aceras por las que mueve veloz su patinete o para pagar a la policía que le protege. Pero a ti, nuestro Liberty Valance, que necesitas, como yo, de casi todo lo que los impuestos pagan, más te valdría dejar de intentar ser el pistolero de los rancheros millonarios, porque como nos enseñó el cine del Oeste, nunca acaba bien. Si quieren disparar que bajen ellos a la plaza del pueblo.



* Publicado en Spanish Revolution, 30.03.22.

Un país (desigual) como Chile, no el de Martín Arrau




Es un país extremadamente desigual, donde el 1% más rico concentra el 25% del ingreso nacional y, en realidad, según algunos estudios, solo 150 chilenos concentran casi el 20% de la riqueza.


Rodrigo Álvarez Q.


A propósito del “Chile flaite” que ve Martín Arrau, nada menos que vicepresidente del Partido Republicano, comenzó a circular un video en el que habla del resentimiento y una supuesta “teoría igualitaria” que sostendría que “si a ti te ha ido mal es por culpa de alguien, no es por culpa tuya, y tú naces y la sociedad te debe algo. Y si eres mujer te deben más, y si eres indígena te deben más, y si eres discapacitado deben más”, cuando en realidad “no, no es así”.

No hay resentimiento y no se trata de deudas, aunque lo diga sin tapujos. Supongo que debe creer que lo suyo es mérito. Del resto, en el fondo, dice que si te va mal eres flojo y no te esforzaste lo suficiente, o eres tonto, porque esforzándote no lo lograste. Ese es el país que ve Arrau. Si no puedes caminar, no te “debemos” una escalera para que puedas acceder a un hospital o a una escuela, no seas resentido.

Bajo esta lógica, cuando tenemos suerte, nos hablan de la igualdad de oportunidades que, en realidad en esa comprensión, como decía Nils Christie, no es más que “un arreglo perfectamente apropiado para transformar injusticias estructurales en experiencias individuales de frustración y fracaso”: la culpa siempre es tuya. Debería ser evidente que “para validar como justo el resultado de la ‘carrera’ de la vida no basta con asegurar que todos los participantes larguen a la vez y desde un mismo punto, dejando el recorrido del trayecto y el resultado final de la prueba solo a las condiciones o a la suerte de los que participan en ella”, como señala Agustín Squella en Igualdad, aunque la desconexión no sorprende.

Hace unos años un estudio mostraba que la élite pensaba que un 25% de las personas eran de clase baja y un 18% de clase acomodada, cuando en realidad el 77% es de clase baja y solo un 3% de clase acomodada. También se evidenciaba allí que, según su percepción, el valor de las viviendas de la clase baja era de 27 millones, cuando en realidad era de 7. Pero sigue siendo impresionante que diga esto, considerando que debe haber miles de ingenieros civiles industriales a los que, pese a tener menos privilegios que los de Carlos Martín Arrau García-Huidobro y a haberse esforzado mucho más, les “va peor”, y es indignante que lo diga en un país como Chile, donde se ha enaltecido el individualismo y no hay responsabilidades sociales, ante una cierta derecha que solo ofrece crecimiento, seguridad y apoyo al nuevo sueño americano del “emprendimiento”, que parece ser la cura de todos los males e incluye hasta a quien vende sopaipillas en un carrito en la esquina.

Cada uno se rasca con sus propias uñas. Y no es que seamos especialmente extravagantes, hay varias cuestiones que son tendencias mundiales, propias del sistema de producción en el que vivimos; pero Chile es un país en el que 8 de cada 10 emprendedores fracasan. Algunos se endeudan de sobremanera, hipotecando y hasta arruinando su vida. Pero si no sobrevives, algo hiciste mal. Si solo eres empleado con un trabajo precario, deberías emprender. Impuestos no va a haber.

Un país en donde hay coachs que dirán que “el cambio está en ti,” que debes enfocarte y madrugar, mientras libros con Las diez claves del éxito o Los cinco hábitos de los triunfadores se venden en supermercados. Si te va mal, no lo entendiste.

Es un país donde, aunque los Arrau no lo quieran ver, los hijos de padres y madres de bajos ingresos tienen un 20% de posibilidades de lograr situarse dentro del 25% más rico. Esta cifra, comparativamente, no está mal, pero hay que considerar que es un país en el que “el 50% de las familias ganan alrededor de $USD 500 por mes. Cualquier niño que curse educación superior llega al 20% más alto en menos de 10 años. Es fácil llegar ahí, porque los salarios son muy bajos para la mayor parte de las personas”.

Es un país en el que ingresar al primer quintil requiere de $301.742 per cápita. O sea, un país en el que con un sueldo de $603.484 entre ambos, una pareja logra ingresar al 20% “más rico”; pero en el que si tienen un hijo ya no entrarán. Y eso no lo logra más del 80% de hijos e hijas de familias de bajos ingresos. Esto, en un país en el que los ingresos condicionan el acceso a derechos sociales, como educación, salud y vivienda, e incluso seguridad.

Es un país extremadamente desigual, donde el 1% más rico concentra el 25% del ingreso nacional y, en realidad, según algunos estudios, solo 150 chilenos concentran casi el 20% de la riqueza del país. Un país en el que, previo a la gratuidad, si tus padres o madres llegaron a la universidad, tenías un 66% de posibilidades de estudiar allí, contra menos de un 2% si es que tus padres y madres solo alcanzaron la educación básica; o en el que un estudiante de ingeniería comercial de la Universidad de Chile que esté dentro del 10% de mejor desempeño, pero que venga de un colegio municipal y una comuna pobre, gana estadísticamente menos que aquel que esté en el 10% de peor desempeño, pero que provenga de un colegio particular y una comuna de altos ingresos, como decían hace unos años los fundadores de Horizontal, dentro de los que estaban, ni más ni menos que el senador Felipe Kast y el constituyente Hernán Larraín Matte. No fue hace tantos años, pero parece mucho tiempo: hoy hay otra derecha. No vayan a preguntar por el colegio de Arrau, no sean resentidos.

Es un país donde el 67% de las fortunas se ha hecho en base a herencias –siendo uno de los porcentajes más altos sobre alrededor de 70 países evaluados, empatados con Venezuela—, y donde el 17% se formó en base a conexiones políticas y recursos relacionados.

En uno de los informes más completos que se han realizado sobre la desigualdad, Desiguales (PNUD, 2017), respecto del descontento generalizado en la población chilena, se señala que “en una escala del 1 al 10, donde 10 indica ‘mucha molestia’, alrededor del 67% de la población declara que le molesta mucho (9-10) la desigualdad en tres ámbitos (68% salud, 67% educación, 66% trato respetuoso)”. ¿Tenemos dos tercios de resentidos?

Si sufren las bajas pensiones, la mala calidad del transporte, salud y educación pública, o el elevado costo de la vida en Chile, no vayan a decir que no es culpa suya. Que coincida con los bajos ingresos no es casualidad, no nos deben nada.

En un país así, como Chile, Arrau nos enrostra sus privilegios disfrazándolos de mérito y nos llama resentidos. Es el vicepresidente de un partido que puede decir que “si te va mal” es culpa tuya y pueden levantar un proyecto político construido con base en promesas de emprendimiento, a una reducción del Estado y una disminución de los impuestos.

Que esto ocurra en un país como Chile, no “flaite”, pero sí muy desigual, es solo una muestra más de lo inmerso que estamos en una hegemonía neoliberal.

Total, para ellos, el cambio depende de ti.

Tú puedes, sólo (y solo) tienes que decidirte. Si te va mal, ya sabes.



* Publicado en El Mostrador, 14.10.23.

100 economistas contra Milei




Más de un centenar de economistas de todo el mundo firman un texto en el que alertan que las propuestas del ultraliberal son “potencialmente muy perjudiciales para la economía y el pueblo argentinos”.


J. Ghosh, T. Piketty, J. Ocampo, B. Milanovic y otros


Como economistas de todo el mundo partidarios de un desarrollo económico amplio en Argentina, nos preocupa particularmente el programa económico de uno de los candidatos, que se ha convertido en uno de los principales temas de debate en las elecciones nacionales. 

Dadas las frecuentes crisis financieras de Argentina y los recurrentes brotes de inflación altísima, es totalmente comprensible que exista un deseo profundamente arraigado de estabilidad económica. Sin embargo, aunque las soluciones aparentemente sencillas puedan resultar atractivas, es probable que causen más estragos en el mundo real a corto plazo, al tiempo que reducen gravemente el espacio de maniobra de las políticas a largo plazo.

Las propuestas económicas de Javier Milei se presentan como una ruptura radical con el pensamiento económico tradicional. Sin embargo, creemos que estas propuestas, arraigadas en la economía del laissez-faire [dejar hacer al mercado] y que incluyen ideas polémicas como la dolarización y reducciones significativas del gasto público, están plagadas de riesgos que las hacen potencialmente muy perjudiciales para la economía y el pueblo argentinos.

La visión económica que subyace a estas propuestas aboga supuestamente por una intervención mínima del gobierno en el mercado, pero en realidad se basa en gran medida en políticas estatales para proteger a los que ya son económicamente poderosos.

Las reducciones de los tipos impositivos y del gasto público hacen que muchos bienes y servicios esenciales pasen de la prestación pública a proveedores comerciales privados, lo que les enriquece a ellos pero reduce el acceso de los ciudadanos de a pie, especialmente los pobres. La propuesta de dolarización pretende sustituir el peso argentino por el dólar estadounidense como moneda nacional. Ambas ideas pueden parecer atractivas por su simplicidad y sus promesas de una solución rápida para controlar la inflación y la inestabilidad. Pero no reconocen las principales realidades económicas

El modelo del laissez-faire supone que los mercados funcionan perfectamente si el gobierno no interviene. Pero los mercados no regulados no son benignos: refuerzan unas relaciones de poder desiguales que empeoran la desigualdad y dificultan la aplicación de políticas de desarrollo clave, incluidas las políticas industriales, sociales y medioambientales. 

En Argentina, como en la mayoría de los países con estructuras económicas complejas y problemas de desigualdad de ingresos y activos, inflación y deuda externa, se necesitan políticas matizadas y polifacéticas que reconozcan las necesidades de los distintos grupos sociales

Los mercados también son propensos a los fallos, provocados por las externalidades (cuando todos los beneficios o costes no pueden atribuirse a agentes individuales) y la asimetría de la información (cuando algunos agentes de un mercado saben más que otros). La crisis financiera mundial de 2008 demostró que una regulación inadecuada de los mercados puede tener consecuencias desastrosas. La experiencia de la pandemia de Covid-19 aportó más pruebas de la necesidad de la intervención pública.

Los argentinos están demasiado familiarizados con el dolor de la economía del laissez-faire impuesta por prestamistas internacionales como el FMI [Fondo Monetario Internacional], que en el pasado aumentó la pobreza y la inseguridad económica e inhibió el desarrollo del país

El programa propuesto por Milei crearía más desigualdad socioeconómica al reducir el papel del Estado en la redistribución y el bienestar social. Una reducción importante del gasto público aumentaría los ya elevados niveles de pobreza y desigualdad, y podría provocar un aumento significativo de las tensiones y los conflictos sociales. La idea de Milei de recortar drásticamente los impuestos al tiempo que se reduce el gasto público reduciría significativamente la capacidad del Estado para satisfacer los derechos sociales y económicos de los ciudadanos. Entretanto, nuevas reducciones de los ingresos fiscales del Estado agravarían la crisis fiscal.

Del mismo modo, la dolarización parece ofrecer una solución al problema crónico de inflación de Argentina, y podría resultar tentadora cuando el valor de los ahorros y la capacidad de consumo se vean diezmados por una inflación galopante. La actual escasez de reservas de divisas haría que el tipo de conversión inicial del peso al dólar fuera tan alto que generaría más inflación. Esto significa una disminución de los salarios reales, de modo que la posterior reducción de la inflación se lograría mediante una importante caída de la participación del trabajo en la renta nacional, haciendo recaer la carga del ajuste sobre los trabajadores

La dolarización también implica la imposibilidad a largo plazo de construir la soberanía monetaria. También en este caso, la experiencia pasada de Argentina con la protodolarización (el acuerdo dela Caja de Conversión de los años 90) creó una breve ilusión de estabilidad, pero afectó negativamente a la economía real. Generó desempleo y pérdidas de ingresos reales para los trabajadores y, finalmente, condujo a una crisis aún mayor en 2001 debido a las restricciones fiscales y monetarias de la vinculación peso-dólar.

En resumen, las propuestas de dolarización y austeridad fiscal de Javier Milei pasan por alto las complejidades de las economías modernas, ignoran las lecciones de las crisis históricas y abren la puerta a la acentuación de desigualdades ya de por sí graves

Mientras Argentina navega por su complejo panorama económico, es fundamental abordar la formulación de políticas con estrategias equilibradas y empíricamente fundamentadas que no sólo sean atractivas a corto plazo, sino también sostenibles, equitativas y facilitadoras a largo plazo.



* Publicado en El País, 08.11.23. La carta, impulsada por la economista india Jayati Ghosh, está suscrita por más de un centenar de académicos e intelectuales entre los que figuran Thomas Piketty, José Antonio Ocampo y Branko Milanovic.

Carta abierta de israelíes a los israelíes: merecemos la verdad sobre el 7 de octubre


Foto: Tamir Kalifa (New York Times)


Como israelíes, pedimos una comisión oficial sobre los sucesos del 7 de octubre [Ataque de milicianos de Hamás a Israel]. Se está perpetrando un genocidio en Gaza en nombre de las víctimas israelíes y seguimos sin saber quién fue asesinado, cómo fue asesinado ni quién lo mató. Exigimos respuestas y tú también deberías hacerlo.


A nuestros compatriotas israelíes,

Les apelamos desde la niebla del genocidio. Lloramos y nos preocupamos por "los nuestros", así como por aquellos a quienes la mayoría de ustedes ignora o considera "animales".

Cuando los militares israelíes empezaron a difundir rumores sobre "bebés decapitados" en los medios de comunicación israelíes en lengua inglesa, nos quedamos inmediatamente impactados. Nos dimos cuenta de que la propaganda de nuestro gobierno no sería la misma que durante los anteriores ataques asesinos contra Gaza.

Mientras Israel sigue difundiendo imágenes de supuestos "edificios de Hamás" en el campo de concentración de Gaza (¿qué no lo es a ojos israelíes?) para excusar sus bombardeos, la retórica nacional e internacional de Israel contiene ahora algo mucho más cercano a la propaganda de exterminio nazi.

Sabemos cuál es el objetivo de esta propaganda. Más de 8.500 niños, mujeres y hombres palestinos han sido exterminados, y la cifra sigue aumentando en el momento de escribir estas líneas. Muchos están atrapados bajo los escombros de sus casas, muriendo lentamente. Otros se enfrentan a la sed, el hambre y las enfermedades infecciosas. Al mismo tiempo, altos funcionarios israelíes, e incluso nuestro presidente, siguen afirmando que "no hay civiles inocentes" en Gaza.

No nos equivoquemos, lo que Israel está haciendo actualmente en Gaza perseguirá a los israelíes durante décadas. Es hora de asegurarse de que todos los israelíes lo entienden. Y esa comprensión debe comenzar con la plena divulgación de los acontecimientos del 7 de octubre de 2023.

He aquí algunas exigencias que todos los israelíes deberían hacer ahora mismo, incluso si niegan el genocidio en curso en Gaza. La primera es una lista completa de todas las víctimas israelíes que han sido identificadas. No existe una lista exhaustiva en un sitio web oficial del gobierno. La lista publicada por Ha'aretz es parcial. Algunos nombres están a la espera de ser "autorizados para su publicación", y nos gustaría saber qué significa esto.

La ausencia de una lista completa, tres semanas después del inicio de la operación, conduce a la siguiente exigencia de los ciudadanos israelíes: la creación de una comisión oficial de investigación. Los fallos masivos de las unidades de inteligencia y combate, así como la insistencia israelí en convertir Gaza en una prisión al aire libre durante las décadas anteriores, deberían ser abordados, obviamente, por dicha comisión. Nos gustaría saber cómo contribuyeron estos fallos a la muerte de civiles el 7 de octubre y en los días posteriores.

Además, según el portavoz de Hamás, ya han muerto 50 cautivos israelíes como consecuencia de la decisión de nuestro gobierno de bombardear Gaza. Se puede considerar o no al portavoz de Hamás una fuente fiable, pero lo que sí sabemos es que los cautivos israelíes, familiares de muchas de las personas que se encuentran hoy aquí, han sido dispersados por toda la Franja de Gaza y que Israel no parece conocer su ubicación exacta.

Los ciudadanos israelíes deberían preguntarse si apoyan el bombardeo indiscriminado que amenaza la vida de los cautivos. Un acuerdo de intercambio está sobre la mesa. Sabemos que Hamás lo propuso desde el primer día. La venganza genocida indiscriminada de Israel no tiene en cuenta el bienestar de los prisioneros israelíes.

Y mientras nuestro ejército extermina seres humanos en Gaza, las plataformas de hasbará (propaganda) de Israel están en pleno apogeo, sobre todo en el extranjero. Los restos carbonizados de seres queridos se exhiben, sin nombre, en el único contexto de llamamientos deshumanizadores a la erradicación de los reclusos del campo de concentración de Gaza. 

Cuando vemos estas imágenes, destinadas a un público occidental y con total desprecio por las familias de los supervivientes, nos damos cuenta una vez más de que todos merecemos información precisa sobre la identidad de estas víctimas y sobre cómo murieron.

Sin una investigación independiente, sólo podemos esperar reunir artículos esporádicos y testimonios de los supervivientes. Florecerán las teorías conspirativas. Ya estamos viendo intentos de negar el hecho mismo de que civiles israelíes fueran asesinados por combatientes de Hamás.

Además, rechazamos los intentos de Israel de caracterizar a sus soldados caídos y a otros miembros del personal de seguridad como víctimas del terrorismo equivalentes a las víctimas civiles. Si un soldado israelí es sólo un civil israelí, entonces un civil israelí es sólo un soldado. Rechazamos esta peligrosa ecuación.

Por último, la cuestión de quién mató a determinados civiles israelíes nos atormenta. Varios informes muestran que algunos fueron asesinados por el ejército israelí. Tanto si quedaron atrapados en el fuego cruzado, como si fueron atacados deliberadamente por tanques o helicópteros para eliminar a combatientes de Hamás o impedir que Hamás tomara más cautivos, merecemos una respuesta.

Exigimos respuestas porque en Gaza se está perpetrando un genocidio en nombre de las víctimas israelíes, aunque las familias de los fallecidos se opongan firmemente a esta atrocidad vengativa. Exigimos respuestas y usted también debería hacerlo.



* Publicado en Politika, 03.11.23. Nota del editor de Mondoweiss: La siguiente declaración fue escrita por un grupo de ciudadanos israelíes que desean permanecer en el anonimato por su propia seguridad y por temor a represalias del gobierno.

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