"Israel tiene derecho a defenderse" es un eslogan genocida




No faltan los "progresistas" cuyos principios son muy curiosos cuando se trata de Israel. Se los identifica fácilmente porque nunca los escucharás pronunciar las palabras "ocupación", "apartheid" y menos "genocidio".

Ese mismo fenómeno se da entre muchos judíos "progresistas" que viven fuera de Israel. Por supuesto que pronuncian discursos pacifistas, pero hablan de un "conflicto", "guerra", "dos lados" y nunca saldrán de sus labios las palabras malditas:  "ocupación", "apartheid" y "genocidio".

Al final, no son más que sionistas (encubiertos algunos, públicos otros) cuya diferencia con los sionistas derechistas o fascistas es de grado y no de naturaleza. Ese es el caso de Bernie Sanders.


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Según los sionistas liberales, cuando Israel merece nuestra compasión, es un colectivo; pero cuando se porta mal, la responsabilidad recae únicamente sobre una persona malvada: hoy es en Netanyahu


Caitlin Johnstone


Bernie Sanders ha estado pronunciando repetidamente la frase “Israel tiene derecho a defenderse” en su gira “Luchando contra la oligarquía” con Alexandria Ocasio Cortez, lo que en el año 2025 solo puede interpretarse como una flagrante apología del genocidio.

Israel no tiene derecho a defenderse de una población ocupada en un gigantesco campo de concentración. Según el derecho internacional, tiene derecho a poner fin a la ocupación, y punto. «Israel tiene derecho a defenderse» es solo un eslogan que se usa para justificar la continuación de un genocidio.

En un momento de la gira, Sanders observó pasivamente cómo la policía se llevaba a rastras a los asistentes al mitin que, durante su discurso, cubrían con una bandera de Palestina Libre la bandera estadounidense. Continuó su monólogo torpemente mientras les confiscaban la bandera y los retiraban a la fuerza, incluso mientras la multitud abucheaba y finalmente comenzaba a corear "¡Palestina Libre!".

Sanders ha estado mezclando su apoyo a Israel con críticas periódicas a Netanyahu y a las acciones del gobierno israelí en Gaza. Pero, siempre teniendo cuidado de hacer sus críticas sobre el comportamiento del liderazgo actual de Israel y no sobre la naturaleza del estado racista del apartheid en sí.

Sanders hace esto por dos razones. En primer lugar, busca galvanizar una gran coalición inclusiva de demócratas contra Trump, y quiere que esa gran coalición incluya tanto a quienes piensan que el genocidio es malo como a quienes piensan que es aceptable. No quiere ofender a los liberales progenocidio.

En segundo lugar, Sanders actúa así porque él mismo es sionista. Al igual que otros sionistas liberales, Bernie Sanders defiende una visión de un Israel que jamás ha existido: uno que sigue siendo un etnoestado dominado por judíos, pero que se comporta de forma amable y justa, sin asesinar ni abusar constantemente de los palestinos.

Esta versión del Estado de Israel es una ficción. Una fantasía imaginaria, como Narnia. Todo en Israel se opone a la posibilidad de que tal statu quo llegue a surgir, e Israel siempre ha hecho todo lo posible para impedir la creación de un Estado palestino. Al pretender que es posible tener la entidad sionista y también paz y justicia, los sionistas liberales contribuyen a generar el consentimiento público para seguir suministrando armas al genocida Estado de apartheid de Israel.

Cuando los sionistas liberales quieren apoyar las acciones de Israel, hablan de Israel como nación, por ejemplo, "Israel tiene derecho a defenderse". Cuando los sionistas liberales quieren criticar las acciones de Israel, lo centran todo en Netanyahu, por ejemplo, "la maquinaria de guerra de Netanyahu".

El planteamiento es que cuando Israel merece nuestra compasión, es un colectivo, pero cuando se porta mal, la responsabilidad recae únicamente sobre una persona malvada. Esto garantiza que las armas sigan fluyendo hacia Israel (porque Israel, en su conjunto, es virtuoso y merece apoyo), mientras que los sionistas liberales siguen luciendo su ropaje humanitario progresista (porque señalaron con el dedo a Netanyahu).

Y es una mentira absoluta. Netanyahu no creó las tendencias genocidas de Israel; las tendencias genocidas de Israel crearon a Netanyahu. Toda su carrera política ha sido posible gracias al racismo y la psicopatía colectivos de Israel, que lo impulsaron a asumir el cargo.

Esto no es otra cosa que la clásica táctica al estilo Obama de utilizar un lenguaje progresista atractivo para promover las agendas más destructivas del imperio estadounidense.

En otras palabras, son demócratas siendo demócratas.



* Publicado en Caitlin’s Newsletter, 16.04.25.

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