Judíos antisionistas: "¡No en mi nombre!"




Para quienes venimos de una tradición judía de resistencia, el antisionismo es también una forma de reivindicar nuestra historia. Es un rechazo al intento del sionismo de usurpar nuestra identidad para justificar sus crímenes.


Tania Melnick


El antisionismo es una posición política profundamente arraigada en mi historia familiar, en los valores transmitidos a lo largo de generaciones y en siglos de lucha y resistencia de las comunidades judías. Desde este prisma, veo cómo lo que ocurre en Palestina se revela como una manifestación extrema de las relaciones de poder, dominación y explotación que han oprimido a trabajadores, comunidades indígenas, negros y a todos los que se han alzado contra el colonialismo y el racismo en el mundo. Por ende, la causa palestina es también una lucha de clases; el antisionismo, en este contexto, se convierte en una postura internacionalista que busca la emancipación de todos los pueblos oprimidos.

El activismo de judíos antisionistas ha enfrentado a lo largo de los años constantes ataques y amedrentamientos, provenientes principalmente de sectores sionistas y, en menor frecuencia, de quienes dicen apoyar la causa palestina, pero que no logran discernir entre judaísmo y sionismo. Esta confusión refleja una profunda incomprensión que convierte nuestra identidad en motivo de sospecha o rechazo.

La «sionización» del judaísmo es un fenómeno en el que muchos judíos confunden su identidad con los principios de la ideología del sionismo, reforzando una visión del mundo marcada por el supremacismo y el racismo. Este proceso se relaciona con la manipulación de la narrativa sionista, que interpreta de manera funcional y con fines políticos la historia judía y determinados acontecimientos del pasado religioso. 

Al promover la idea de un origen étnico y cultural milenario, el sionismo crea una nueva tradición que otorga una supuesta legitimidad moral a la colonización de Palestina, desvinculando al judaísmo de su diversidad histórica y reduciéndolo a un mero instrumento político. 

La invención de tradiciones ha sido común en la historia europea, donde la memoria colectiva se utiliza selectivamente para justificar la colonización. El discurso sionista, similar a las estrategias retóricas del fascismo, manipula esta memoria para legitimar un proyecto colonial que despoja a otros de su dignidad y derechos. 

En este contexto, un objetivo fundamental del antisionismo es desmantelar esta narrativa, lo que evidencia la urgente necesidad de formación e información, elementos indispensables para desarrollar una visión más crítica y contrarrestar la desinformación que rodea tanto al judaísmo como a la causa palestina.

Mis ancestros, judíos rusos, formaban parte de la clase trabajadora en Europa del Este, en tiempos de movimientos revolucionarios que buscaban emancipar a los trabajadores y construir un mundo más justo. El BUND, la organización socialista judía que luchó por los derechos de los trabajadores en Rusia, es un ejemplo de esta herencia. En lugar de buscar la creación de un Estado judío segregado, el BUND defendía la integración de los judíos en las sociedades donde vivían, luchando codo a codo con otros trabajadores y minorías contra la explotación capitalista y el autoritarismo. Esta es la tradición que reivindico y que forma parte de mi identidad como judía antisionista.

El sionismo, en cambio, ha pervertido esta historia de lucha colectiva, secuestrando la identidad judía para justificar un proyecto colonialista que oprime al pueblo palestino y perpetúa las mismas lógicas de opresión que los judíos combatieron históricamente. 

Israel no fue estrictamente creado por la ONU; si bien la Resolución 181 recomendó la partición de Palestina, la creación del Estado fue impulsada unilateralmente por las fuerzas sionistas con el respaldo de potencias occidentales como el Reino Unido y Estados Unidos. Así, se convirtió en un brazo del imperialismo global, actuando como aliado de estas potencias para sofocar cualquier intento de liberación nacional o social, no solo en Palestina, sino en todo el mundo. Desde su fundación, Israel ha sido una herramienta del imperialismo para reprimir las luchas de los pueblos oprimidos en África, Asia y América Latina.

Lo que ocurre en Palestina no puede entenderse fuera de este contexto histórico. Israel es un Estado de asentamiento colonial, construido por potencias imperialistas, y su existencia depende de mantener un régimen de apartheid y represión sobre los palestinos. El sionismo, en su esencia, es una ideología racista que busca justificar la desposesión, la expulsión y la limpieza étnica de un pueblo para establecer un Estado segregado bajo el control de colonos europeos.

Para quienes hemos sido víctimas del acoso sionista, el costo de esta lucha es palpable. Desde 2014, cuando mi activismo en la causa palestina se hizo público, he recibido amenazas, insultos y agresiones de todo tipo, en su mayoría provenientes de chilenos que se identifican con el sionismo y con Israel. A pesar de ello, no he dejado ni dejaré de alzar la voz, porque creo que lo que está en juego en Palestina es más que un conflicto fascista-colonial: es una lucha por el alma misma de la humanidad. Lo que se vive allí es una manifestación de la opresión colonialista y el imperialismo que se reproducen en todo el mundo.

El antisionismo no es una posición marginal ni es sólo una crítica a las políticas de Israel. Es una ideología de liberación que rechaza la opresión colonial y se sitúa firmemente del lado de quienes luchan por la justicia y la autodeterminación de los pueblos. Es antiimperialista, consciente de que el sionismo es un proyecto colonial nacido del cristianismo y racismo europeo y, por tanto, debe ser confrontado y derrotado como parte de la lucha global contra el imperialismo.

Para quienes venimos de una tradición judía de resistencia, el antisionismo es también una forma de reivindicar nuestra historia. Es un rechazo al intento del sionismo de usurpar nuestra identidad para justificar sus crímenes. El Estado de Israel no puede arrogarse el derecho de hablar en nombre de todos los judíos.

Mi judeidad no me convierte en cómplice del terrorismo israelí, al igual que ser chilena no me hace responsable de los crímenes de la dictadura. No acepto cargar con las acciones de quienes, de manera intencionada, distorsionan la historia y confunden la identidad judía con el sionismo, alimentando el antijudaísmo en el siglo XXI y victimizándose para justificar sus atrocidades.

La causa palestina es inseparable de la lucha de clases y de la lucha anticolonial. Lo que ocurre en Palestina es una expresión brutal de las mismas dinámicas de explotación y dominación que enfrentan los trabajadores, los pueblos indígenas, las comunidades racializadas y los grupos históricamente marginados y excluidos, en todo el mundo.

El antisionismo, por tanto, es también una posición que reconoce que la verdadera emancipación de los pueblos solo puede alcanzarse mediante la descolonización, no solo de los territorios ocupados, sino de nuestras mentes. Es un llamado a la resistencia global, a la construcción de una Intifada mundial que confronte todas las formas de opresión y que luche por la liberación de todos los pueblos oprimidos.

La causa palestina no es solo un eco de injusticia, sino un grito de resistencia que se entrelaza con la lucha por la dignidad humana en todas sus formas. Reconocer que esta es una lucha universal por los derechos humanos y la autodeterminación de los pueblos, nos impulsa a avanzar con determinación. Este compromiso con la causa no deriva únicamente de mi identidad judía, sino de una profunda convicción en la justicia y la libertad.

Estamos en un momento histórico donde la opresión se enfrenta a la resistencia con una fuerza despiadada. La historia nos ha enseñado que la verdadera emancipación de los pueblos surge de la lucha colectiva y del cuestionamiento radical de las estructuras de poder. La Intifada debe resonar no solo en Palestina, sino convertirse en un llamado global que movilice a quienes se niegan a aceptar el yugo del colonialismo.

¡NO EN MI NOMBRE!





* Publicado en Los otros judíos, 19.10.24. Tania Melnick es vocera de Judíxs Antisionistas contra la Ocupación y el Apartheid y de la Coordinadora por Palestina (Chile).

¿Qué porcentaje de la riqueza de Musk proviene de impuestos y ayuda del Gobierno?




Chris Isidore


Elon Musk es la persona más rica del mundo en parte gracias a las impresionantes innovaciones de sus empresas, pero su riqueza también se debe a los contratos y programas gubernamentales que tuvieron implicaciones en sus dos negocios principales: los vehículos eléctricos y los viajes espaciales.

Ahora, el presidente electo Donald Trump le encargó al CEO de Tesla y SpaceX que elimine el despilfarro del gobierno federal. En su nuevo cargo, Musk ayudará a dirigir las políticas sobre una amplia gama de cuestiones y organismos gubernamentales, incluidos aquellos que regulan sus numerosos intereses comerciales.

Por ejemplo, Musk y Trump presenciaron este martes por la noche el lanzamiento del cohete SpaceX que algún día podría llevar a personas de regreso a la Luna e incluso a Marte. La cantidad de dinero que Estados Unidos destine a esos esfuerzos afectará en gran medida el éxito financiero de SpaceX.


El gobierno es crucial para el patrimonio neto de Musk

Vale la pena preguntarse qué porcentaje de su patrimonio neto, el más importante del mundo, provino de la ayuda gubernamental durante los últimos 10 a 15 años. La respuesta no es sencilla.

Según algunos indicadores, una pequeña parte de su riqueza se debe a los contribuyentes. Musk tiene un patrimonio estimado de US$ 326.000 millones, según el rastreador de multimillonarios en tiempo real de Bloomberg. Sus empresas han recibido “solo” decenas de miles de millones de dólares de contratos y programas gubernamentales.

Pero, en otros sentidos, prácticamente todo su patrimonio neto se le puede atribuir a la ayuda gubernamental. Tesla y SpaceX comenzaron –y sobrevivieron sus primeros días– con la ayuda de políticas estatales y federales, contratos gubernamentales y préstamos.

“La base del éxito financiero de Musk ha sido el Gobierno de Estados Unidos”, dijo Daniel Ives, analista tecnológico de Wedbush Securities.

Y el valor de Tesla y SpaceX no proviene de sus propias ganancias hasta ahora. En cambio, su valor proviene de inversiones en su valor futuro, como las acciones de Tesla que cotizan en bolsa y las rondas de financiación privadas para SpaceX.

Desde la elección de Trump, el patrimonio neto de Musk aumentó US$ 64.000 millones, o casi un 25%, según la estimación de Bloomberg. Esto se basa en parte en la suposición de que el crecimiento futuro será más fácil si Musk ofrece asesoramiento sobre temas como la inteligencia artificial, los vehículos autónomos y la financiación para agencias que han causado problemas regulatorios a sus empresas.


La temprana supervivencia de Tesla

Tesla recibió contratos gubernamentales relativamente modestos en el pasado, pero recibió mucha ayuda para empezar, ayuda que fue fundamental.

En enero de 2010, Tesla estaba empezando y había vendido menos de 2.000 vehículos en toda su historia. Entonces, la empresa recibió un préstamo a bajo interés de US$ 465 millones del Departamento de Energía, meses antes de su oferta pública inicial. Con el préstamo, desarrolló su auto Model S, su primer gran éxito, y devolvió el préstamo anticipadamente con los ingresos de una venta adicional de acciones en 2013.

Cuando Tesla empezó a vender automóviles, consiguió un crédito fiscal de US$ 7.500 para compradores de vehículos eléctricos, que les permitió a la empresa y a otros fabricantes de automóviles vender vehículos eléctricos fabricados en Estados Unidos a un precio más alto del que el mercado habría permitido de otra manera.

Los compradores de Tesla recibieron créditos fiscales federales por un valor estimado de US$ 3.400 millones antes de que el beneficio desapareciera por completo para los compradores de Tesla a fines de 2019. Incluso si eso solo le permitió a Tesla aumentar los precios a la mitad de esa cantidad, eso representa otros US$ 1.700 millones en ayuda federal cuando la compañía enfrentaba una crisis de efectivo.

El crédito fiscal se restableció en 2023 como parte de la Ley de Reducción de la Inflación de la administración de Biden. Sin embargo, Musk alentó a la administración entrante de Trump a poner fin al crédito fiscal de US$ 7.500, lo que parecería ir en contra de los intereses de Tesla, pero sería un golpe para los fabricantes de automóviles establecidos que buscan obtener una participación en el mercado estadounidense de vehículos eléctricos. Esos fabricantes de automóviles tradicionales tendrían que aceptar mayores pérdidas en sus ventas de vehículos eléctricos o reducir sus ofertas, lo que reduciría la competencia para Tesla.

“Quiten los subsidios, eso solo ayudará a Tesla”, publicó Musk en su plataforma de redes sociales X en julio.


Beneficios financieros por la regulación sobre vehículos eléctricos

Pero el apoyo financiero más importante de Tesla no proviene de los créditos fiscales para los compradores de vehículos eléctricos, sino de la venta de créditos regulatorios que otros fabricantes de automóviles compran para cumplir con las regulaciones estatales y federales destinadas a reducir los gases de efecto invernadero.

El dinero no proviene de los contribuyentes, pero sin la regulación gubernamental, no habría miles de millones fluyendo a las arcas de Tesla.

Esas ventas a crédito literalmente mantuvieron encendidas las luces de Tesla y permitieron que sus cheques de pago se cobraran durante los primeros días de la empresa. Representaron casi el 25% de sus ingresos en 2008 y el 10% de sus ingresos durante los siguientes cinco años.

Entre 2008 y 2019, las ventas de créditos regulatorios generaron más de US$ 2.000 millones para la empresa. Tesla podría haber muerto sin esos fondos. El propio Musk incluso lo admitió.

En una publicación de Twitter –ahora X – de 2020, Musk admitió que Tesla casi se vio obligada a declararse en quiebra en 2019. El precio de las acciones se había tambaleado porque la compañía tenía dificultades para aumentar la producción de su sedán Model 3.

“Lo más cerca que estuvimos (de la bancarrota) fue hace alrededor de un mes”, dijo en el posteo. “La rampa de lanzamiento del Model 3 fue de mucho estrés y dolor durante mucho tiempo, desde mediados de 2017 hasta mediados de 2019. Un infierno de producción y logística”.

Incluso cuando la amenaza de quiebra disminuyó, no fue hasta 2021 que la empresa pudo obtener ganancias sin la ayuda de las ventas a crédito.

En la historia de Tesla, las ventas de créditos regulatorios generaron casi US$ 11.000 millones, y todo ese dinero repercutió prácticamente de manera directa en sus resultados finales.

“Si no tuviera créditos regulatorios, Tesla no sería la marca que es en todo el mundo y Musk no sería la persona más rica del mundo”, dijo Ives, quien hoy es un optimista sobre las acciones de Tesla. En 2019, todavía se mostraba escéptico.


El valor de SpaceX depende de la NASA

Incluso sin sus acciones y opciones en Tesla, Musk probablemente seguiría teniendo un valor de más de US$ 100.000 millones y sería una de las personas más ricas del planeta. SpaceX probablemente estará valuada en unos US$ 250.000 millones en una próxima ronda de financiación de los inversores, según Reuters. Ives dijo que, si bien SpaceX no ha revelado las tenencias de Musk, su estimación es cercana al 50%.

El apoyo de los contribuyentes a SpaceX proviene de contratos gubernamentales directos que valen miles de millones.

Según USASpending.gov, la base de datos del gobierno que registra el gasto federal, SpaceX firmó contratos por un valor de casi US$ 20.000 millones. El más importante se produjo justo antes de Navidad en 2008, cuando SpaceX y Musk prácticamente no tenían dinero.

Ese contrato valía US$ 1.600 millones e implicaba realizar 12 misiones de suministro a la Estación Espacial Internacional (EEI). El acuerdo le permitió a SpaceX completar el cohete Falcon 9, su principal caballo de batalla, y la cápsula Dragon, dijo Casey Dreier, asesor principal de política espacial de la Planetary Society, un grupo de interés público que defiende los vuelos espaciales.

“Estaban al borde de la insolvencia”, dijo Dreier. “Elon ha señalado que en ese momento estaban al borde, y eso ayudó a salvar a la empresa”. Dreier dijo que el acuerdo de la EEI y otros contratos le permitieron a la NASA transportar astronautas estadounidenses sin depender de Rusia.

Desde entonces, SpaceX obtuvo numerosos contratos adicionales de la NASA, el ejército y otras agencias del gobierno estadounidense. Ganó un contrato de US$ 3.000 millones para desarrollar el próximo vehículo que llevará astronautas a la Luna. Y Dreier dijo que la empresa y otros contratistas de la NASA se benefician del acceso a los empleados y la experiencia de la agencia.

Ives dijo que si la administración de Trump aumenta la financiación para los esfuerzos de la NASA para regresar a la Luna y viajar a Marte, el valor de SpaceX podría aumentar fácilmente a US$ 500.ooo millones o más.

“La estimación de US$ 250.000 millones es bastante conservadora”, afirmó.



* Publicado en CNN en Español, 20.11.24.

Acuerdo Previsional: consolidando el "ideal de la derecha"


Sebastián Ríos / Agencia Uno


El autor de esta columna hace un análisis de la reforma de pensiones recién aprobada, asegurando que “el acuerdo está muchos más cerca del ideal de la derecha que del de la izquierda”. Así, a pesar de ciertas cuestiones positivas, “el tema previsional sigue en deuda”.


Andras Uthoff


Pertenezco a la generación nacida en la segunda mitad de los años 40, que inició su vida profesional cuando en el Chile de 1970 llegaba por la vía democrática un gobierno socialista al poder, experiencia abortada después de tres años en 1973 por un golpe militar. Una generación que vio a las universidades intervenidas y a colegas despedidos por sus convicciones políticas. También fuimos testigos de la seguidilla de pruebas y errores del gobierno militar para estabilizar y regular la economía, lo que finalmente se logró bajo los principios del mercado plasmados en lo que conocimos como “El Ladrillo”.

También fuimos actores en los procesos de la Concertación de Partidos por la Democracia, acuerdos que permitieron recuperar la democracia en 1990 y, con sorpresa de muchos, para que gobiernen partidos opositores al gobierno militar. Después de siete gobiernos democráticos de mi generación (cinco de centroizquierda Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet 1 y Bachelet 2 y dos de centro derecha Piñera 1 y Piñera 2) corresponde a un gobierno de una nueva generación mucho más joven (presidente Boric) lograr una reforma estructural de uno de los mayores pilares del modelo neoliberal: el sistema de capitalización individual regulado por el DL 3500 de 1980.

Mi formación difiere de aquellos jóvenes colegas que asesoraron a los senadores para el logro del Acuerdo Previsional, y que se formaron bajo la influencia de la nueva generación de profesores de las universidades chilenas. Mientras ellos se formaron tratando de comprender las bondades de la lógica de un mercado de ahorro obligatorio de largo plazo y de su regulación por parte del Estado, como método de gestión de los aportes previsionales, yo en tanto, trabajando en Naciones Unidas, en la Organización Internacional del Trabajo y en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) comprendía y abrazaba los principios de la seguridad social como base para realizar lo mismo. Mientras los primeros fueron alabados por su realismo político para llegar a acuerdos, nosotros fuimos tildados de maximalistas y hasta comunistas por defender los principios de la seguridad social y, por cierto, eliminados de la lista de asesores.

Valgan estos alcances para dar mi testimonio sobre la reforma previsional recientemente aprobada por el Congreso. No nos engañemos. Como muchos ya lo señalan --y algunos lo festejan--, el acuerdo está mucho más cerca del ideal de la derecha que del de la izquierda. Con los acuerdos y la reforma aprobada se fortalece la capitalización individual. Más aún, Chile pasará a la historia como el país que, con un gobierno progresista y el voto de los parlamentario de izquierda, consolida la capitalización individual como el régimen de administración de los aportes previsionales de los trabajadores y empleadores. ¿Realismo Político? Sí. Pero para una reforma estructural de derecha.

Por cierto, la reforma incluye el necesario y cruelmente postergado aumento de las pensiones con un aumento escalonado de la PGU. La ley se aplicará a los mayores de 82 años después de seis meses de su entrada en vigor; 12 meses después para los mayores de 75 años y después de 24 meses para los mayores de 65 años. También las mujeres verán aumentos en sus pensiones por concepto de equipararlas por género dando cuenta de la diferencia de mortalidad con los hombres. Los empleadores aportaran un 1% adicional para ello. También se considera a partir del segundo año otro aporte del empleador de 1% y el segundo año otro de 1,5% para ser abonado a las cuentas individuales en la forma de un préstamo al gobierno (un bono con rentabilidad asegurada) con la obligación de que ese financiamiento sea destinado al pago de incentivos en la forma de bonos a los actuales jubilados por años cotizados, provisto hayan cotizado más de 10 años las mujeres y 20 años los hombres. Este es un mecanismo rebuscado de capitalización individual con la forma de reparto, y solo transitorio por un número de años para después ser abonado directamente a la cuenta del trabajador.

Finalmente se considera a partir del tercer año, nuevos y crecientes aportes del empleador de 0,25% el tercer año, 1% el cuarto y quinto año, 2,4% el sexto año. 3,1% el séptimo año, 3,8% el octavo año y 4,5% el noveno año después de la reforma para abonar a las cuentas de ahorro individuales del trabajador. 

¿Realismo Político? Sí. Pero que para una reforma cuyos aumentos de pensiones del seguro social no son inmediatos, son escalonados y seguirán a niveles precarios. Y para la otra gran mayoría aumentos inciertos para los próximos 40 años, debido a que deberán continuar asumiendo los riesgos del mercado de capitales, con la diferencia de que, en algunos casos, las AFP no podrán cobrarles comisiones.

La reforma es significativa y estructural. Significativa por cuanto demanda 7 puntos porcentuales de aporte adicional de los empleadores, situación que lleva las tasas de cotización del sistema a 18,5% sin contar comisiones, comparables con las más altas de otros países de la OECD. 10% aportado por el trabajador, y 8,5% por el empleador. Es difícil pensar que en los próximos 30 a 40 años se logre una reforma de estas proporciones, ya que no cabe esperar más aumentos en las tasas de cotización.

Estructural por a lo menos tres motivos. Primero, por cuanto en régimen define al pilar contributivo como esencialmente de capitalización individual, basado en la propiedad, la capitalización en cuentas individuales y la libertad al destinar 16 de los 18,5 puntos porcentuales a ella y solo 2,5% al seguro social. También estructural, por cuanto se refuerza la PGU y se incorpora una noción de seguro social, cuya institucionalidad, aun no existe y deberá implementarse, asignándole al Estado un mayor rol en la administración de los beneficios del seguro social que persistan luego de la transición y en la administración de cuentas para nuevos gestores financieros. Finalmente, también estructural, por cuanto genera la figura de gestores financieros, que podrán participar en mecanismo de licitación por nuevos y antiguos afiliados, y los cuales pueden subcontratar las funciones de back office, entre otros al Instituto de Previsión Social.

En definitiva, como resaltan las autoridades estamos en presencia de la mayor reforma desde que se instauró el sistema a partir del DL 3500 en 1981. Pero, lamentablemente y, en mi humilde opinión, para reforzar un mercado de cuentas individuales de ahorro de largo plazo y obligatorio como su único pilar contributivo. Para justificar el realismo político con que se aprobó cabe preguntarse entonces si la mayor competencia en este mercado, que se dice se alcanzará licitando no solo a los nuevos afiliados sino al 10% del stock de antiguos afiliados, es una condición necesaria y suficiente para lograr el acceso universal asequible a pensiones dignas. Y si no lo es, preguntarse si acaso un seguro social como el propuesto, con 2,5% de aporte patronal más la PGU reforzada, será suficiente como para lograrlo.

En respuesta a estas interrogantes es que deseo utilizar esta columna para expresar mi testimonio.

Primero, un mercado competitivo de ahorro individual de largo plazo obliga a quienes gestionan financieramente los recursos a establecer contratos actuarialmente equivalentes con cada afiliado, entregando a cada uno el valor actualizado de sus aportes, ya sea para una pensión o para su traslado a otro gestor.

Segundo, esta actitud es contraria al principio de solidaridad, sobre la base del cual para generar acceso asequible y universal a pensiones aquellas personas con baja capacidad de ahorro reciben un subsidio cruzado de aquellas con alta capacidad de ahorro.

Tercero, los efectos de esta ausencia de solidaridad reproducen en la pensiones las inequidades del mercado del trabajo y son los que recién se hicieron ver en un estudio en 2006 y permitieron a la Comisión Marcel sugerir, y al gobierno de Bachelet 1 implementar, la construcción de un pilar solidario que financiaba la pensión básica solidaria y los aportes previsionales solidarios de invalidez y vejez, para permitir que más personas adquieran una pensión.

Cuarto, sin embargo, ello no fue suficiente y en el segundo gobierno de Piñera se creó la PGU en reemplazo del pilar solidario, para mejorar la cobertura y suficiencia de las prestaciones solidarias.

Quinto, al promover mayor competencia en el mercado de gestores financieros, la actual reforma no está contribuyendo a promover el acceso universal y asequible a pensiones dignas.

Sexto, tampoco cabe esperar, como se señala en las argumentaciones del Acuerdo, que el simple aumento de la tasa de cotización en 6 puntos porcentuales genere un efecto sobre el ahorro, la inversión, el crecimiento y el empleo que permitan a más personas acceder vía su propio esfuerzo contributivo. Este argumento ya se dio en la reforma de 1981 y estuvo lejos de ser realidad.

Séptimo, la reforma encarece la contratación de mano de obra, y el costo de la seguridad social para el trabajador independiente, por lo que cabe esperar que persistan las dificultades de empleo en el mercado del trabajo, contribuyendo a que persistan mujeres que coticen menos de 10 años y hombres menos de 20 años, engrosando el número de quienes serán elegibles solo para la PGU.

Octavo, en régimen, un seguro social financiado exclusivamente con el 2,5% de los aportes patronales, y para los fines que fue creado, no será capaz de proveer beneficios dignos a todos los elegibles, dado que persistirá la precariedad del mercado del trabajo, se continuarán reduciendo las rentabilidades de los fondos y continuará aumentando la esperanza de vida de los pensionados y será difícil encontrar empleos para los adultos mayores en edad de jubilar.

En el pasado --desde 1981 hasta 2006-- debimos callar y, ante la ausencia de información, confiar en las predicciones de los creadores y apoyadores de la reforma de capitalización individual. Hoy, junto con felicitar a los ministros por lograr un acuerdo político que abre ciertas compuertas, no puedo hacerlo y más bien me veo en la obligación profesional y moral de advertir que seguimos en deuda con el financiamiento necesario para la seguridad social que el país necesita

Pese al regocijo de darle mayor profundidad al mercado financiero, la creación de un seguro social y el mayor fortalecimiento de componentes solidarios que asegura esta reforma, el tema previsional sigue en deuda.





* Publicado en CIPER, 31.01.25. Andras Uthoff es Ph. D. en Economía de la University of California, trabajó en CEPAL, PNUD, OIT y el Banco Mundial. En 2006 fue integrante de la Comisión Presidencial de Reforma al Sistema de Pensiones (Comisión Marcel) y en 2014-15 fue miembro de la Comisión Asesora Presidencial Sobre el Sistema de Pensiones (Comisión Bravo).

Trump contra la ciencia: negación de subvenciones




Las cuentas de las y los investigadores académicos beneficiarios siguen congeladas, mientras que el sindicato de la Fundación Nacional de la Ciencia acusa a dicho organismo de ignorar las normas que rigen la revisión por pares.


Jeffrey Mervis


En una ruptura radical con la tradición, la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF, por sus siglas en inglés) comenzó esta semana a buscar entre miles de millones de dólares de subvenciones que la agencia ya ha otorgado algo que tenga que ver con temas que el presidente Donald Trump ha criticado. Y la NSF ha impedido que los beneficiarios y los estudiantes en prácticas accedan a los fondos mientras se lleva a cabo la revisión, lo que ha causado estragos en toda la comunidad de investigación académica.

La congelación de fondos y el escrutinio de proyectos de investigación y capacitación que la NSF había decidido previamente que merecían apoyo es una respuesta a una serie de directivas presidenciales desde el 20 de enero que prohíben toda financiación federal para lo que Trump considera una “ideología de género consciente”; diversidad, equidad e inclusión; ayuda exterior; el nuevo pacto verde; y apoyo a organizaciones no gubernamentales que socavan el interés nacional. Para los científicos académicos, la lista de actividades prohibidas podría incluir esfuerzos para aumentar la diversidad en la fuerza laboral científica, colaboraciones con científicos extranjeros e investigación sobre tecnologías más respetuosas con el medio ambiente.

Las agencias han tomado diferentes caminos para cumplir con esas órdenes. La NASA, por ejemplo, que administra un puñado minúsculo de programas afectados en comparación con la NSF, envió un memorando la semana pasada en el que les decía a todos los contratistas y adjudicatarios de la NASA que “cesaran y desistieran inmediatamente de todas las actividades DEIA [diversidad, equidad, inclusión y accesibilidad] requeridas en sus contratos o subvenciones”. En contraste, la Oficina de Ciencia del Departamento de Energía, con un valor de 8 mil millones de dólares, decidió esta semana abandonar su requisito de que los científicos presenten un plan de Promoción de la Investigación Inclusiva y Equitativa (PIER, por sus siglas en inglés) como parte de su solicitud. También dijo que los planes PIER en propuestas de investigación que ya estaban siendo revisadas serían ignorados.

En la NSF, los funcionarios han bloqueado temporalmente el acceso de instituciones y organizaciones científicas al dinero que se les ha prometido mientras se examinan los proyectos. La agencia no ha dado ninguna indicación de cuánto tiempo llevará esa revisión. Eso ha dejado a los investigadores preguntándose cómo pagar las nóminas y comprar y mantener el equipo y los suministros esenciales.

“Estamos en una situación de espera”, dice Maria Miriti, ecologista de la Universidad Estatal de Ohio que recibió una subvención de 500.000 dólares de la NSF para crear una red de estudiantes universitarios que aumente la diversidad en el campo. “La red existe”, dice Miriti, que también tiene una subvención de la NSF para estudiar las interacciones entre las plantas y el suelo en regiones áridas. “Pero si la NSF dice que no, ¿tendremos que devolver parte del dinero?”

Las revisiones también han enfurecido a los empleados de la NSF. A los funcionarios de los programas (normalmente científicos con doctorado que son empleados federales permanentes o que están de licencia en sus facultades o universidades) se les ha pedido que examinen los proyectos que gestionan para detectar cualquier lenguaje ofensivo y que luego revisen sus hallazgos con su supervisor. Pero no han recibido ninguna orientación por escrito sobre qué criterios utilizar para decidir si una subvención viola una directiva presidencial y debe ser cancelada.

El personal de la NSF ahora corre el riesgo de tener que ignorar tanto los estatutos como las políticas de larga data de la NSF sobre cómo la agencia otorga premios, advierte el director de la sección sindical que representa a los empleados de la NSF. Y eso podría ponerlos en peligro legal.

“¿Está la NSF pidiendo a los científicos federales que se comporten de manera poco ética?”, pregunta Jesús Soriano, representante del Local 3403 de la Federación Estadounidense de Empleados Gubernamentales. “Y si violan el proceso de revisión de méritos, ¿serán responsables de recomendar que se cancele un premio debido a los criterios de revisión política que la NSF les pide que sigan?”

“El sindicato se da cuenta de que la NSF está entre la espada y la pared a la hora de cumplir con las órdenes ejecutivas”, añade Soriano, un funcionario de programas de la dirección de ingeniería de la NSF. El proceso de revisión de méritos “no incluye palabras como “progresista”, “nuevo pacto verde” o “ideología de género”. Esas palabras no están en la subvención y ni siquiera sé qué significan”.

Un aviso del 29 de enero en el sitio web de la NSF parece imponer a las instituciones la obligación de identificar y luego detener cualquier investigación financiada por la NSF que entre en conflicto con las órdenes ejecutivas. “Todos los beneficiarios de subvenciones de la NSF deben cumplir con estas órdenes ejecutivas, y cualquier otra orden ejecutiva relevante emitida, cesando todas las actividades de subvenciones y premios que no cumplan con las normas”, afirma, reforzando el requisito existente de que los beneficiarios de subvenciones deben cumplir con todos los “términos y condiciones” de la subvención. La NSF rechazó una solicitud de Science para explicar cómo se relaciona su investigación con lo que espera que hagan los beneficiarios y si los proyectos que han sido marcados serán cancelados y sus saldos no gastados serán devueltos al gobierno.

Además de examinar su cartera de 40.000 subvenciones individuales, la NSF ha tomado la medida preventiva de poner fin a un número desconocido de programas que apoyan trabajos que podrían considerarse violatorios de las nuevas directivas. Su decisión de “archivar” esos programas, algunos de los cuales llevan décadas en funcionamiento, significa que la NSF ya no acepta propuestas sobre esos temas.

La NSF se negó a hacer comentarios sobre el número de programas archivados, cómo fueron seleccionados o qué pasará con los fondos que se habían asignado a esos programas.



* Publicado en Science, 30.01.25.

La mano invisible ha muerto. Larga vida a la regulación (inteligente)




Las teorías y las metáforas influyen en nuestros comportamientos, los cuales tienen consecuencias en el mundo real. Para cambiar nuestros comportamientos, necesitamos cambiar nuestras teorías y metáforas.


David Sloan


Espero que nuestra economía se recupere, pero ha llegado el momento de declarar muerta su metáfora rectora. Esta es la metáfora de la mano invisible, que hace parecer como si la estrecha búsqueda del interés propio resultara milagrosamente en una sociedad que funciona bien.

La metáfora de la mano invisible se origina con Adam Smith en La riqueza de las naciones (1776). Bernard Mandeville hizo un comentario similar con su Fábula de las abejas (1705), que describe fantasiosamente a la sociedad humana como una colmena de abejas maravillosamente productiva, aunque cada abeja es tan egoísta como puede ser.

Smith criticó a Mandeville y presentó una visión más matizada de la naturaleza humana en su Teoría de los sentimientos morales (1759), pero el discurso económico y político moderno no se trata de matices. La teoría de la elección racional toma literalmente la metáfora de la mano invisible al tratar de explicar la longitud y la amplitud del comportamiento humano sobre la base de la maximización de la utilidad individual, lo cual es un lenguaje elegante para la búsqueda limitada del interés propio. Para el público en general, la competencia sin restricciones se ha convertido en una virtud moral y la "regulación" se ha convertido en un pecado.

El colapso de nuestra economía por falta de regulación fue precedido por el colapso de la teoría de la elección racional. Quedó claro que el único principio minimalista del interés propio no podía explicar el largo y ancho del comportamiento humano. Los economistas comenzaron a realizar experimentos para descubrir las preferencias reales que impulsan el comportamiento humano. Nació el campo de la economía experimental y dos de sus fundadores (Vernon Smith y Daniel Kahneman) recibieron el Premio Nobel en 2002.

Las preferencias humanas reales tienen que ver con la regulación. Se puede crear un microcosmos del colapso económico de Estados Unidos en el laboratorio en una sola tarde. Saque a un grupo de personas de la calle, asígneles una tarea que requiera cooperación, y la mayoría de ellos seguirán el juego como ciudadanos sólidos. Desafortunadamente, algunos jugarán con el sistema si hay alguna forma de hacer trampa. Una vez que los ciudadanos sólidos se dan cuenta de que están siendo estafados, retiran su cooperación como única defensa. Bríndeles la oportunidad de castigar a los tramposos, y algunos (pero no todos) castigan con celo. Incluso los trampososcastigar a otros tramposos con celo! Una vez que se proporciona la capacidad de regulación en forma de recompensas y castigos que pueden implementarse a bajo costo, la cooperación se eleva a niveles altos [una visión mecanicista en un lenguaje muy económico por lo demás]. Se requiere regulación o la cooperación desaparecerá, como el agua que se drena de una bañera.

Estas preferencias sociales van más allá de nuestra propia especie. La cooperación y el engaño son opciones de comportamiento para todas las especies sociales, incluso las bacterias, y la cooperación sobrevive solo en la medida en que está protegida contra el engaño. El eterno conflicto entre la cooperación y el engaño tiene lugar incluso dentro de nuestros propios cuerpos, en forma de genes y linajes celulares que logran manipular el sistema a expensas del organismo del que dependen. Las llamamos enfermedades, pero en realidad son el fracaso de un vasto sistema de regulaciones que nos permiten funcionar como organismos tan bien como lo hacemos.

Mandeville no podría haber estado más equivocado acerca de la naturaleza real de las abejas [nunca quiso hablar de abejas verdaderas]. Hay una diferencia entre la autoorganización y el interés propio. Las colmenas y otras colonias de insectos sociales son, de hecho, autoorganizadas. No hay una sola abeja al mando de las tropas, ciertamente no la reina. Cada abeja juega un papel limitado en la economía de la colmena, así como una sola neurona juega un papel limitado en la economía del cerebro. La inteligencia de ambos se puede encontrar en las interacciones entre las partes, que han sido moldeadas por la selección natural que opera durante innumerables generaciones. Pero el comportamiento de las abejas no puede reducirse a un solo principio de interés propio, al igual que el comportamiento humano. Hay ciudadanos sólidos y tramposos incluso entre las abejas, y los tramposos se mantienen a raya solo mediante un sistema regulador llamado "vigilancia" por los biólogos que los estudian.

¿Por qué somos tan diferentes de todas las demás especies de primates? Porque somos muy cooperativos. ¿Por qué somos tan cooperativos? Porque es muy fácil regular el comportamiento de los demás en pequeños grupos cara a cara. Sucede tan naturalmente que ni siquiera lo notamos. Alexis de Tocqueville, el gran teórico social francés que escribió La democracia en América (1835, 1840), también dijo esto sobre los pequeños grupos humanos: "La aldea o municipio es la única asociación que es tan perfectamente natural que... parece constituir sí mismo". Esta capacidad de autoorganización para funcionar como grupos cooperativos es "tan perfectamente natural" porque evolucionó mediante un largo proceso de selección natural, tanto en los humanos como en las abejas.

Del mismo modo, funcionar como grandes grupos cooperativos no es natural. Los grandes grupos humanos apenas existieron hasta el advenimiento de la agricultura hace apenas 10 mil años. Esto significa que se requieren nuevas construcciones culturales que interactúen con nuestra psicología genéticamente evolucionada para que la sociedad humana funcione de manera adaptativa a gran escala.

Estas construcciones pueden funcionar bien o mal. Pueden surgir por un proceso crudo de evolución cultural (muchos experimentos sociales inadvertidos, unos pocos que tienen éxito) o por un proceso menos derrochador de planificación intencional. Tocqueville se maravilló de la vitalidad del experimento democrático estadounidense planeado por los padres fundadores, en comparación con la sociedad francesa como una acumulación ineficiente de la historia. También observó perspicazmente que la vitalidad de Estados Unidos no podía atribuirse por completo a una planificación intencional. México copió la constitución de los Estados Unidos, pero los resultados no fueron los mismos. Algo más contribuye a la vitalidad de Estados Unidos que llamamos vagamente "cultura", pero que debemos estudiar para comprender. Tocqueville también especuló que el experimento democrático estadounidense podría convertirse en una espeluznante premonición de nuestros tiempos turbulentos actuales.

Las teorías y las metáforas son el equivalente cultural de los genes. Influyen en nuestros comportamientos, los cuales tienen consecuencias en el mundo real. La madre naturaleza practica el amor duro. Cuando una teoría o una metáfora conduce a comportamientos inapropiados, sufrimos las consecuencias a pequeña y gran escala. Para cambiar nuestros comportamientos, necesitamos cambiar nuestras teorías y metáforas.

Para aquellos que deseen aprender más sobre cómo la economía va más allá de la teoría de la elección racional, recomiendo un libro titulado Sentimientos morales e intereses materiales: los fundamentos de la cooperación en la vida económica (2006), editado por Herbert Gintis, Samuel Bowles, Robert T. Boyd y Ernst Fehr. Gintis, Bowles y Fehr son eminentes economistas, mientras que Boyd es un eminente antropólogo evolutivo, lo que ilustra cuán integradora se ha vuelto la nueva teoría económica. También he escrito un ensayo titulado La nueva fábula de las abejas que explora el tema de este blog con más detalle.

Sin embargo, las nuevas teorías no son lo suficientemente buenas. También necesitamos cambiar las metáforas que guían el comportamiento en la vida cotidiana para evitar las consecuencias desastrosas de nuestros comportamientos actuales guiados por metáforas

Por eso la metáfora de la mano invisible debe ser declarada muerta. Que no se hable más de la competencia sin restricciones como una virtud moral. La vida social cooperativa requiere regulación. La regulación es algo natural para pequeños grupos humanos, pero debe diseñarse para grandes grupos humanos. Algunas formas de regulación funcionarán bien y otras funcionarán mal. 

Podemos discutir extensamente sobre la regulación inteligente frente a la regulación tonta, pero el concepto de no regulación debe dejarse de lado para siempre.



* Publicado en Huffpost, 25.05.11. David Sloan es biólogo evolutivo y profesor emérito de biología y antropología en la Universidad de Binghamton.

Mucho texto




Esta queja sobre el fastidio de tener que leer mucho, hace rato la puedes encontrar entre estudiantes de enseñanza  universitaria o superior... Incluso, en universidades destacadas que, además, en general, reciben jóvenes de establecimientos de educación secundaria supuestamente de calidad.

Estamos frente a una especie de epidemia de analfabetismo funcional que, no me cabe duda, tendrá más temprano que tarde consecuencias en nuestra sociedad. Parecería que estamos condenados a sufrir desde conversaciones insulzas, pasando por asumir errores y falsedades por cuestiones verdaderas, a una ciudadanía que no tiene herramientas para discernir para votar informadamente... Todo ello en un país donde, además, hace rato que ya casi nadie lee y, peor aún, donde es mayoritario el número de quiénes no entienden lo que leen.


§§§


Catalina Infante


Y en el último tiempo me he encontrado bastante seguido con la siguiente advertencia: “es mucho texto”. De hecho, como feedback en uno de estos trabajos, me escribieron la sigla TLDR encima de una página de un libro que estoy haciendo como ghost writer [escribes a pedido de quién figurará como autor/a]. Es un libro de fotografía, dicho sea de paso, con poco, muy poco texto. Confieso que tuve que googlearlo porque no sabía a qué se refería.

Así me enteré que TLDR significa too long; didn’t read, que en español es: ”demasiado largo; no lo he leído”. Esta es una jerga que se usa en internet para señalar que un texto ha sido derechamente ignorado por su extensión. Definamos "largo", porque tampoco era La ugerra y la paz: eran cuatro párrafos seguidos. Según Wikipedia, la sigla también se usa para pedirle a quien escribe que, cuando redacte un texto “muy” largo, le haga el favor al lector de incluir un resumen de una línea.

¿Desde cuándo se nos volvió tan difícil leer más de 20 líneas seguidas?

Actualmente, esto también pasa en el periodismo. Las pautas de escritura pensadas en atraer clicks se basan en reducir y fragmentar los textos lo más posible, llenar de negritas, subtítulos, fotos y de todos los recursos visuales habidos y por haber para hacer que el lector no se agote, que no pierda la atención entre tanta palabra. No se puede ya escribir “mucho texto”, así que allí estamos los periodistas intentando con un título que venda captar esa audiencia dispersa para no quedar sin lectores, sin trabajo. Esto ha afectado especialmente a la prensa escrita, que hoy se basa en la fórmula del título anzuelo tipo "Un meteorito podría chocar con la tierra en 100 años" o "El consumo de las papas fritas produce depresión", seguido de una bajada sensacionalista que todo sugiere y nada explica, para terminar en un texto decorado con flores y fuegos artificiales que aunque poco dice, espera con fe que alguien lo lea hasta final. 

El problema de esto es que casi nadie llega a ese final. En definitiva, tanto quienes escribimos como quienes leemos vivimos sujetos a “la dictadura del clickbait”; nos quedamos con un título y una bajada, pasamos por encima de ese texto maquillado y lo que realmente absorbemos de esa lectura a medias es escaso, parcialmente cierto y tan poco contundente como almorzar una galleta de arroz.

Es cierto que no toda la prensa escrita es así. Seguimos teniendo investigación, crónicas, columnas y editoriales donde aún se aprecia el texto sin interrupciones. Pero si bien es cierto que aún podemos leer, entre las notas de papas fritas y meteoritos, una columna literaria de Leila Guerriero, por ejemplo, los medios están peligrosamente adoptando formatos abreviados y fragmentados, porque sus financiamientos dependen de ese click. Y en medio de una crisis donde cada vez existen menos espacios para la escritura, esta fórmula de fragmentación y challa amenaza con relegar los textos “too long; didn’t reada sitios de nicho donde los que realmente leen son los mismos que escriben.

Puede que la literatura y el periodismo literario encuentren siempre su espacio, pero no solo de literatura viven los lectores; las noticias, las crónicas, la divulgación científica o de historia, ¿no merecen acaso también de la lectura extendida, fluida, pausada y bien escrita? Pareciera que estamos mirando los textos como imagen.

Pasamos por encima en una breve pincelada del ojo donde solo queremos quedarnos con dos o tres conceptos que ojalá vengan subrayados y con baches de descanso para la vista. La economía extrema del lenguaje nos está quitando el significado, la experiencia y el conocimiento.

Así, terminaremos leyendo aire.

Esto no se queda en el periodismo. Las editoriales y los lectores hoy por hoy agradecen los libros narrativos cortos, novelas fragmentadas y relatos breves: un objeto liviano que puedan leer de a sorbos en no más de una semana (yo misma escribo así). Porque ya es poca la concentración y el tiempo que nos queda, y porque nos hemos acostumbrado a la rapidez de ese clickbait y de las redes sociales. Así, muchos libros de no ficción, de autoayuda, autobiográficos o incluso narrativos están siguiendo esta línea para acelerar su lectura y no perder audiencia. Además, no solo se escriben livianos, sino que se leerán cada vez más livianos. Hoy existen apps donde puedes subir un libro en pdf y pedirle que te lo resuma en dos líneas. Queremos leer así porque no hay tiempo, porque a la décima línea nos distraemos, nos aburrimos, miramos TikTok, vamos a la cocina a hacernos un café y luego olvidamos retomarlo. ¿Por qué leerlo completo si puedo pedirle a un robot el famoso TLDR?

Porque la experiencia y el conocimiento no pueden reducirse a dos líneas.

Puede que exagere y me haya por fin convertido en esa señora que critica el actuar de las nuevas generaciones y que los trata de flojos. Aunque me incluyo porque, como alguien que trabaja como periodista, he tenido la orden de escribir subtitulando, destacando e incluyendo links y fotografías para no quedarme fuera de los famosos clicks. Y cada vez me acostumbro más a escribir y a leer las noticias en ese formato. Siempre tendré la literatura, pero de cierta manera vivo el duelo de ver que la escritura ha comenzado a cansarnos los ojos y que el nuevo escribir es en verdad engañar al lector, llenarlo de trampas para que no se de cuenta de que leyó, para no agotarlo. De alivianar y alivianar y alivianar el contenido hasta volverlo tan etéreo y fragmentado, que no permanezca más que un momento en nosotros.

Me pregunto si alguien habrá leído hasta aquí.



* Publicado en Ritmo Media, 10.07.23.

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