Derecha anticomunista... pero no fanática




La candidatura presidencial del comunista Daniel Jadue ha despertado en la derecha --y también en sectores de la ex Concertación/Nueva Mayoría-- a una fiera dormida pero siempre útil: el miedo al comunismo con la consiguiente campaña del terror.[1]

Al conocer la calaña moral de la derecha chilena, se entiende la recurrida utilización de la mentira en su acción política. Sin embargo, al mismo tiempo, cuando se recuerda su largo flirteo con el filofascismo, se sospecha que es un miedo sincero. Ridículo hasta el patetismo, pero sincero.

Hablamos de absurdo por la histórica tradición institucionalista del Partido Comunista en Chile, la misma que le vale el desprecio de otros grupos de izquierda. Igualmente, es risible esperar un gobierno únicamente comunista con las cifras de votos que, recuperada la democracia, ha tenido el PC. Asimismo, en pleno siglo XXI es dudoso que los comunistas chilenos vean factible --por mucho que más de algún militante pueda seguir idealizándolas-- las experiencias comunistas como la cubana, la de Europa oriental o de la propia URSS.

Por si no fuera poco, Jadue, que nos puede o no gustar y más allá de algunos rasgos de su personalidad que no lo hacen simpático a muchos, ha aclarado su distancia con los "socialismos reales". De hecho, hasta presentó un programa económico que desde su propio comando calificaron de "socialdemócrata".

Aunque no nos engañemos, como se expone en la siguiente columna, el terror derechista (y concertacionista) al comunismo es muy específico. China no entra en sus pesadillas... demasiados negocios para fijarse en detalles ideológicos y en los DDHH.

Basta recordar la frase de Piñera en abril de 2019 para justificar su viaje oficial a una China con un gobierno dictatorial y violador de los DDHH. Con el desparpajo, inmoralidad y torpeza a que nos tiene acostumbrados, el prófugo de la Justicia señaló: “Cada uno tiene el sistema político que quiera darse”.

¡No más preguntas Sr. Juez!


§§§


Nuestra derecha de cartón


Muerto Fidel Castro [25.11.16], como hace años viene ocurriendo cuando de Cuba se trata, nuestra derecha-derecha se ha hecho un festín con el “dictador” de la isla caribeña. Sopesando su postura uno no tiene más que aceptar que no hay problema, nada que reprocharles. Es evidente que desde su perspectiva es entendible su oposición al sistema político-económico cubano. Otra actitud sería una inconsecuencia imperdonable.

PERO, así con mayúscula, por años hemos sabido que no son consecuentes, ni siquiera son demócratas de verdad o luchadores por la libertad en serio.

De hecho, su inconsecuencia, oportunismo y miseria ética quedó de manifiesto una vez más esta misma semana. Basta recordar que acaba de visitar Chile el “dictador” de China. Pues, ese país también tiene un régimen comunista, ¿no? Y nuestros derechistas —dado su gran nivel intelectual, de información y su tantas veces probada valentía en su cruzada por la libertad y la democracia en el lugar del mundo que requiera de su apoyo—, obviamente han de saber que todo lo que critican de Cuba, lo tienen amplificado en China por 10, 100 o por 1000 o más.

Xi Jinping, así se llama el tirano comunista (igual que fuera Castro, ¿no?), fue recibido con los honores correspondientes a un jefe de Estado en La Moneda. Sin embargo, que yo sepa, no se vio ni una pancarta, ni una marcha, ni una sola consigna, ni un solo grupito de estos adalides de la libertad protestando contra este dictador de China. Tampoco se vieron manifestando su rechazo a la visita o pidiendo democracia para el pueblo chino frente a la embajada de dicho país. Y por supuesto que puedo estar desinformado, pero nunca supe de un voto de censura en el Congreso a la visita o alguna dura intervención en el hemiciclo rechazándola.

Incluso SU prensa informó de la visita de Xi Jinping sin la más mínima mención a la dictadura del Partido Comunista Chino ni a su opresión. En una escueta nota El Mercurio (22 de noviembre de 2016) titulaba: “Presidente de China llega a La Moneda y se reúne con Bachelet con el objetivo de ampliar TLC con Chile”. El brazo escrito de la derecha recalcitrante, esa que es luchadora por la libertad y la democracia, sólo informa sobre las actividades de política comercial de Xi Jinping.

Pero, de las violaciones a los derechos humanos, de los presos políticos, de la dictadura… ¡Nada de nada! Para El Mercurio, extrañamente, ¿quién lo hubiera imaginado?, China parece ser un país normal y ejemplar en cuanto respeto a los DDHH.

Asimismo, hasta el presidente de excelencia de los luchadores por la libertad y la democracia, quien hoy también fustiga a Castro, viajó a China el 2010. En la ocasión, que se haya sabido, tampoco esos fieros luchadores de su sector le negaron el permiso en el Congreso, ni lo criticaron, ni tuvieron reparos para subirse al avión que los llevó a la infausta tierra de una cruel y prolongada dictadura comunista.

Son de cartón. Y de cartón mojado...

Ya sabíamos de la calaña moral de nuestra derecha. Incluso, pareciera que su especialidad es recordárnoslo cada tanto o que tienen un curioso afán por dejarse en evidencia demasiado seguido.

Porque nadie olvida que fueron el rabioso fans club de nuestro tirano por los 17 años que duró su dictadura. Fueron sus funcionarios sin ningún problema de conciencia y, ya en democracia, siguieron defendiendo al régimen a brazo partido. Luego, también recordamos que protegieron a su dictador-héroe hasta esa época en que se escondió tras licencias médicas, culpó a sus subordinados y se supo que no tan sólo era un asesino masivo, sino asimismo un ladrón.

Como es la plata lo que mueve a la derecha, recién con la comprobada corrupción arrugaron un poco la nariz… Pero sólo un poquitín. Después de todo su dictador-héroe nos entregó un país moderno y con una economía pujante… para esa mínima élite a la cual pertenecen y para quienes en el fondo trabajan. No se le podía dar la espalda así como así, por unos pesitos más unos pesitos menos que se echó al bolsillo, a la “obra del régimen militar” y a quien lideró heroicamente ese proceso transformador.

Son de cartón. Y de cartón mojado...

Con China hay un gran intercambio comercial, por ende, nuestra derecha seguirá mirando para el lado para no ver la opresión del Partido Comunista Chino. Obviamente, nunca oiremos de sus labios que en dicho país gobierna una dictadura comunista. Una lata por los chinitos… pero bué, así es la vida. Negocios son negocios. No hay que ser taaaaaan inflexibles tampoco con esa custión de los DDHH y la democracia.

Son de cartón. Y de cartón mojado...

Y, lo peor, es que no tienen pudor alguno en quedar en evidencia una y otra y otra y otra vez.


NOTA:

[1] Esta vil estrategia de la derecha chilena no es nueva, de hecho habría comenzado a utilizarse en los años 20 del siglo pasado como lo expone Rafael Sagredo: "El miedo como práctica política en Chile" (CIPER, 20.10.20).



* Publicada en El Clarín, 27.11.16.

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